La defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, alertó este martes que la crisis humanitaria en el Catatumbo se agravó con un nuevo desplazamiento forzado que dejó al menos 100 familias llegadas a Cúcuta y 15 a Ocaña en un solo día, mientras otras comunidades permanecen confinadas en zonas rurales de Tibú, sin posibilidad de salir por los combates persistentes, el uso de drones y la toma de poblaciones por grupos armados.
“La situación en el Catatumbo sigue crítica”, señaló Marín, quien explicó que estas familias se sumaron a las que ya habían llegado desplazadas en jornadas anteriores, así como a quienes lograron refugiarse en el casco urbano de Tibú, en medio de un escenario que impidió la movilidad de la población civil por la intensidad de los enfrentamientos.
La Defensora advirtió que hay comunidades que no lograron huir y permanecen atrapadas en sus territorios debido a la continuidad de los combates, una situación que elevó el riesgo humanitario y limitó la respuesta institucional y humanitaria en varias zonas rurales del municipio.
El pronunciamiento se dio en medio de una escalada de violencia en el Catatumbo, donde enfrentamientos entre el Frente 33 de las disidencias y el ELN provocaron desplazamientos sucesivos desde el 24 de diciembre, especialmente en sectores como La Gabarra y Pacheli, y dejaron a la población civil expuesta al fuego cruzado.
Esta semana, Marín ya había advertido que la crisis en Tibú evidenció una brecha entre los compromisos asumidos en las mesas de diálogo y la realidad en el territorio, al señalar que “hay una incoherencia entre lo que se firma y lo que está pasando”, en referencia a la persistencia de las hostilidades pese a los anuncios de cese.
Según la Defensoría del Pueblo y organizaciones humanitarias, los desplazamientos recientes se concentraron en comunidades de Tibú y El Tarra, mientras otras personas permanecieron confinadas sin acceso seguro a alimentos, atención médica o ayuda humanitaria por el bloqueo de vías y la falta de condiciones de seguridad.
La Defensora reiteró el llamado a los actores armados para que detengan las hostilidades y permitan la protección de la población civil, en un contexto en el que las autoridades locales y los organismos humanitarios advirtieron que el número de familias desplazadas podría seguir aumentando si persiste la confrontación en la región.
Esta ola de desplazamientos se da meses después de que ocurriera la más grande en los últimos años en la región, en los primeros días del año, como consecuencia de los combates entre el ELN y las disidencias de las Farc, y que supuso el desplazamiento de cerca de 40.000 personas de esta región.
Con información de Colprensa*