La historia de Yarlidis Goez-Santos, una colombiana que buscó refugio en Estados Unidos junto con su familia, se ha vuelto viral en redes sociales últimamente, dado que, lo que empezó como un sueño de buscar mejores condiciones de vida en otro país, terminó en un ciclo de temores, decisiones difíciles y una autodeportación forzada por el miedo.

Su llegada a Norteamérica, tras cruzar la frontera en El Paso, Texas, hace tres años, representaba la esperanza de dejar atrás la violencia que la obligó a salir de Colombia, pero la realidad que enfrentó fue mucho más dura de lo que imaginó.

Aunque solicitó asilo para regularizar su permanencia, las autoridades estadounidenses negaron el caso. Aun así, la familia decidió quedarse con la convicción de que podrían construir un futuro más estable para sus hijos.

Debido a las redadas y que su esposo fue capturado en enero, la colombiana decidió autodeportarse. | Foto: AFP or licensors

Durante los primeros meses, los planes parecían estar saliendo de acuerdo al plan, sin embargo, esa sensación se desmoronó cuando las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump comenzaron a endurecerse, especialmente contra los inmigrantes indocumentados.

Con el aumento de redadas y deportaciones, la tranquilidad de Yarlidis desapareció, y el temor se volvió parte de su rutina diaria. Cada salida a la calle representaba un riesgo y cada ruido en la puerta la hacía pensar que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) estaban a punto de llevársela.

“No quiero que mis hijos sufran el trauma de que, al salir a la calle, agentes de ICE me detengan, nos esposen o nos saquen por la fuerza de la casa”, contó, evidenciando la carga emocional que vivía.

La situación empeoró en enero, cuando arrestaron a su esposo. Según recordó, los agentes lo interceptaron en la calle, “Ya lo estaban cazando, lo estaban esperando en la calle, de repente le cerraron el paso y se lo llevaron”.

En medio de ese escenario, tomó una decisión que jamás imaginó, pero que la ayudaría a sentirse más tranquila sin tener que huir de nadie, esa decisión fue la de autodeportarse.

Su familia utilizó la aplicación ‘CBP Home App’, una herramienta que, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), ha sido utilizada por aproximadamente 1,6 millones de personas para retornar voluntariamente a sus países de origen, mientras que otras 400.000 han sido deportadas por vías administrativas tradicionales.

La mujer le envió un mensaje a Trump, recordándole que él también proviene de familia migrante, y no todos los que abandonan su país natal en busca de nuevas oportunidades son malos. | Foto: 2025 Getty Images

Aunque regresar a Colombia era uno de sus mayores temores, pues huyó precisamente por la violencia, sintió que no tenía otra alternativa, “Realmente sí tengo miedo de regresar a Colombia; no sabemos cómo está la situación allá, no sabemos qué nos espera”, admitió.

Aun así, aseguró que no se arrepiente del camino recorrido en Estados Unidos, donde conoció a personas que la apoyaron en los momentos más difíciles.

Antes de salir de Estados Unidos, el gobierno le prometió entregarle 1.000 dólares, dinero que, según afirmó, destinará a la educación de sus hijos, aunque aún desconoce cómo se lo harán llegar.

En medio del cierre de este capítulo, Goez-Santos, dejó un mensaje al presidente Trump: “Me gustaría decirle que recuerde que él también viene de una familia migrante y que no todos los migrantes somos malos”.