La madrugada del pasado domingo 14 de diciembre quedó marcada por una tragedia que, hoy, enluta a decenas de familias y genera conmoción en todo el país.
Un bus que transportaba a un grupo de jóvenes recién graduados de bachillerato se precipitó por un abismo en el municipio de Remedios, nordeste de Antioquia, dejando un saldo de 17 personas fallecidas y más de 20 heridas.
En las últimas horas, las autoridades confirmaron que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados a Medellín para avanzar en los procedimientos forenses, mientras continúan las investigaciones para esclarecer las causas del siniestro.
Los pasajeros eran estudiantes de la Institución Educativa Liceo Antioqueño, quienes una semana antes habían celebrado la culminación de su etapa escolar.
Como despedida del colegio, organizaron una excursión a Tolú, una práctica común entre promociones que buscan cerrar un ciclo antes de iniciar nuevos proyectos de vida. El viaje transcurrió sin contratiempos hasta el retorno, el cual inició el sábado con destino a Antioquia, donde se esperaba su llegada hacia las primeras horas del domingo.
Sin embargo, el trayecto terminó de forma trágica en un sector vial de Remedios, cuando el bus salió de la carretera y cayó a un profundo abismo. El vehículo quedó completamente destruido y, pese a la rápida reacción de los organismos de socorro, 16 estudiantes y el conductor murieron en el lugar debido a la gravedad de las heridas.
Uno de los sobrevivientes, fue quien logró alertar sobre el suceso, pues pese a estar herido y en estado de choque, logró escalar el terreno y alertar a un conductor que transitaba por el sector. Gracias a ese aviso se activaron los organismos de emergencia, que durante varias horas trabajaron en la compleja labor de rescate.
De acuerdo con los reportes oficiales, más de 20 personas lograron sobrevivir al accidente. Tres de ellas se encuentran en estado crítico y fueron remitidas a centros médicos de Medellín, mientras que las demás permanecen bajo observación en hospitales de Remedios, Segovia y Yolombó. El personal de salud continúa evaluando su evolución física y emocional.
Aunque las causas del accidente aún no han sido determinadas de manera definitiva, las autoridades manejan una hipótesis principal. Y es que, según las primeras indagaciones, el conductor del bus, Jonathan Alexánder Taborda, de 27 años, habría sufrido un microsueño en medio del recorrido nocturno.
Esta condición, sumada a la oscuridad y a la hora del viaje, pudo ocasionar que no realizara una maniobra adecuada en una curva y, en lugar de seguir la vía, el vehículo se dirigiera hacia el abismo.
Por esta razón, los 17 cuerpos que fueron trasladados a Medellín, al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, permanecerán bajo estudios correspondientes para establecer con precisión las causas de cada una de sus muertes.
En medio de esta difícil situación, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, se desplazó hasta Remedios para entregar un balance de los hechos y expresar su acompañamiento a las familias afectadas.
Allí anunció la disposición de un equipo de profesionales para brindar apoyo psicosocial a los sobrevivientes y a los allegados de los fallecidos. Asimismo, sostuvo diálogos con algunos de los jóvenes que permanecen hospitalizados.