La Institución Educativa Noroccidente, ubicada en el municipio de Popayán y que abarca las sedes La Tetilla, sede principal; San Rafael y San Antonio, atienden a una población estudiantil de cerca de 230 estudiantes, desde transición hasta grado once.
Actualmente, la comunidad educativa se enfrenta a una preocupante situación sanitaria: un brote del virus boca, manos y pies entre sus alumnos, afectando a más de 35 niños de los diferentes grados que han resultado contagiados en los últimos días.
Por eso, el docente Freddy Rivera Méndez de dicho plantel educativo expresó su inquietud ante la rápida propagación de este virus, mostrando su lado altamente contagioso, de ahí que se manifiesta rápidamente con ampollas en dedos, pies y boca.
“La detección inicial del brote ocurrió la semana pasada, cuando docentes observaron las primeras ampollas en los niños, inicialmente atribuyéndolas a condiciones comunes del entorno rural. Sin embargo, al incrementarse los casos, se hizo evidente que no era una situación habitual, lo que llevó al rector a notificar a la Secretaría de Salud de Popayán y a la Secretaría de Educación de Popayán”, agregó el docente.
De ahí que el viernes 23 de mayo se dio conocimiento a la Secretaría de Salud sin obtener una respuesta satisfactoria. A pesar de la urgencia del reporte, la respuesta fue, según el profesor Rivera Méndez, deficiente.
“De la Secretaría no le pararon mucha atención a esa situación, por eso ante la inacción de las secretarías, la institución, en cabeza del rector y en consenso con el cuerpo docente, se tomó la difícil pero necesaria decisión de suspender las clases a partir del pasado lunes 26 de mayo, con el fin de contener la propagación del virus y proteger la salud de los estudiantes. Esta medida se tomó de manera autónoma, ante la falta de una intervención oportuna por parte de las entidades gubernamentales competentes”, explicó el profesor, quien aún pide una intervención de las autoridades sanitarias.
La desatención a esta emergencia sanitaria es particularmente alarmante, considerando que los afectados son niños, niñas y adolescentes, una población que, por su vulnerabilidad, debería recibir atención prioritaria e inmediata. Por eso los integrantes de Asoinca radicó una solicitud formal a la Secretaría de Salud, solicitando el envío de brigadas médicas, así como la fumigación y desinfección de las instalaciones, incluyendo el restaurante escolar, dado que el virus persiste en diversas superficies.
Mientras tanto, y en respuesta a estos reportes, la Secretaría de Salud Municipal lanzó una alerta preventiva y pidió a padres, docentes y cuidadores extremar medidas de higiene, no enviar a los niños enfermos a clases y estar atentos a síntomas como fiebre, llagas en la boca y erupciones en manos y pies.
“Ante esta situación, como autoridades sanitarias instamos a padres de familia y docentes de Popayán a extremar las medidas de higiene y vigilancia, dado que el virus, conocido científicamente como Coxsackie, es altamente contagioso y suele afectar principalmente a niños menores de cinco años”, expresó dicha entidad al exponer que sí están programando las respectivas visitas a los lugares donde reportan los casos, para adelantar tareas preventivas y de intervención, buscando salvaguardar a los estudiantes.
Por eso, en primer lugar, las autoridades reforzaron la vigilancia epidemiológica tras la confirmación de casos en las tres instituciones educativas afectadas. Asimismo, se lanzaron campañas de sensibilización en escuelas y comunidades para informar sobre el virus y sus formas de prevención, enfatizando la importancia de la higiene y la detección temprana de síntomas. Paralelamente, la entidad de salud emitió recomendaciones de tratamiento en casa para los menores infectados. Se hizo énfasis en el cuidado sintomático.