Cada 31 de diciembre, Cali mantiene viva una de las tradiciones más representativas del cierre de año: la compra de los años viejos, figuras artesanales que simbolizan todo aquello que se deja atrás para dar paso a un nuevo comienzo.
En la capital del Valle, uno de los puntos más reconocidos para adquirir estos muñecos es la calle 25 con carrera segunda Norte, un sector que desde hace décadas se ha convertido en epicentro comercial de esta costumbre.
Desde tempranas horas del último día del año, comerciantes se instalan a lo largo de la vía para ofrecer una amplia variedad de muñecos personalizados. Allí, los compradores pueden encontrar figuras de personajes animados, payasos, guardas de tránsito, futbolistas y, como suele ocurrir cada año, representaciones de figuras políticas que marcaron la agenda nacional e internacional.
Entre los más apetecidos por los caleños para el final de este 2025, se destacan los muñecos del presidente colombiano Gustavo Petro, el mandatario norteamericano Donald Trump, y el dictador venezolano Nicolás Maduro. También el Secretario de Movilidad, Gustavo Orozco.
Según relatan los vendedores, la demanda ha sido tan alta que, incluso pasado el mediodía de este 31 de diciembre, varias de las figuras mencionadas ya se encuentran agotadas.
Luis Ángel Zimbaqueva, uno de los comerciantes tradicionales del lugar, explicó que su familia lleva más de 40 años dedicada a esta labor. “Somos los tradicionales de vender los años viejos aquí en la orilla del río. Antes trabajábamos con pólvora, ahora nos dedicamos únicamente a los años viejos. Ya somos varias familias las que vivimos de esta tradición”, señaló.
De acuerdo con su testimonio, la actividad se ha convertido en un sustento para al menos cinco familias, además de otros trabajadores que se suman cada temporada.
El proceso de elaboración de los años viejos también ha evolucionado con el paso del tiempo. Zimbaqueva explicó que anteriormente los muñecos se fabricaban principalmente con aserrín, pero hoy se utilizan materiales como espuma, papel y madera, lo que permite una mejor estructura y presentación.
“La pólvora es adicional. Hay personas que deciden ponerle pólvora y otras no, eso ya depende de la costumbre de cada familia”, indicó.
Cabe destacar también que la preparación de estos muñecos no es improvisada, pues algunos comerciantes, empiezan a trabajar varios meses antes, acumulando materiales y adelantando la confección de las figuras, especialmente las más pequeñas. En otros casos, la elaboración de un solo año viejo puede tomar hasta un día completo, dependiendo del nivel de detalle y del personaje que se represente.
Más allá de la venta, el ambiente que se vive en este punto de la ciudad refleja el valor cultural de la tradición. Los años viejos no solo representan figuras reconocidas, sino también una forma de cerrar ciclos, expresar críticas, deseos y expectativas frente al año que comienza.
De esta manera, esta noche, al pasar las 12:00 a.m, los caleños quemarán sus años viejos como símbolo de despedida del 2025. De manera simbólica, con el fuego, dejarán atrás lo vivido y recibirán el 2026 con la esperanza de atraer buenos deseos, nuevos triunfos y metas cumplidas, manteniendo viva una tradición que, año tras año, sigue uniendo a generaciones enteras en torno a la celebración de fin de año.