Las fronteras invisibles en Cali son una triste realidad que cada día cobra heridos en los barrios del oriente de la ciudad.

Estos límites son establecidos por pandillas al interior de los barrios populares, en ocasiones por disputas de territorio de venta de drogas o, en algunos otros, simplemente por diferencias sin sentido.

Esto ha hecho que en muchas ocasiones los jóvenes de la ciudad se hayan enfrentado entre ellos mismos para ‘defender’ estos límites invisibles.

Varios carros y viviendas resultaron afectadas por los enfrentamientos. | Foto: El País

En el material audiovisual se evidencia como varios hombres se enfrentan con piedras a otro grupo de personas, mientras varias personas miraban con asombro desde sus hogares lo acontecido.

“Esos jóvenes también utilizaron esas pistolas de balines, hasta un bebé resultó herido en una pierna por eso, imagínese con esas armas de fuego que también utilizan”, indicó un vecino de este sector que presenció los hechos.

Además, varias de estas personas también indicaron que algunos carros del sector resultaron con daños, además de que los vidrios de varias viviendas también fueron dañados al ser impactados por las piedras que fueron lanzadas por los inadaptados.

Los jóvenes se enfrentaron ante la mirada sorprendida de algunos residentes del sector. | Foto: El País

Hasta el momento las autoridades de la ciudad no se han pronunciado al respecto, pero lo cierto es que esta se ha convertido en una práctica recurrente y que, incluso, ya ha dejado algunas personas sin vida; por lo que, la comunidad está pidiendo a la Alcaldía que se tenga un plan de acción urgente.

Estudiantes deben pagar para cruzar fronteras invisibles

Mediante una reunión realizada en la Institución Educativa Nuevo Latir, sede Isaías Duarte Cancino, en Cali, las autoridades y los miembros del centro educativo discutieron las problemáticas de violencia que han afectado a la comunidad estudiantil en la zona.

Además de esto, se han incrementado los casos de violencia, tráfico de estupefacientes, estructuras criminales y prostitución de niños, niñas y adolescentes en los alrededores de los colegios.

Por eso, los padres de familia y estudiantes del oriente de Cali se encuentran con angustia y sin saber qué más hacer.

Bajo esta premisa, el Representante Hernando González, quien convocó el espacio, alzó una petición a los rectores para que los colegios sean un espacio de paz y que ese compromiso se materialice con una bandera blanca. “Esta mesa de trabajo, más que venir a hablar y no quedar en nada, es un compromiso para que salvemos vidas y le arrebatemos más jóvenes a las bandas criminales. No podemos permitir que dejen de ir a estudiar por la inseguridad. Ésta no será la última mesa”.

Por falta de docentes y salones, algunos colegios de Cali han implementado el ‘pico y placa’ para sus estudiantes.

“Existe la profunda necesidad de que haya un acompañamiento a la salud mental de los jóvenes que viven entornos tan difíciles de maltrato y abandono en sus familias, que simplemente no desean regresar a su hogar luego de terminar su jornada escolar y es ahí donde caen en la delincuencia y pierden las esperanzas de una vida diferente”, recalcó Johan Daniel Ortíz, Representante Estudiantil de la Institución Educativa Isaías Duarte Cancino.

La comunidad presente también resaltó la necesidad de que haya más cámaras de seguridad y que la Alcaldía pueda idear algunas estrategias para mitigar esta problemática que se presenta, en la mayoría de casos, en los barrios que comprenden el oriente de la ciudad.