La tarde del domingo 25 de mayo, en el estadio Olímpico Pascual Guerrero de Cali, no solo se disputó un encuentro de fútbol entre el América y el Deportivo Independiente Medellín. También se vivió un acto de reparación simbólica y rechazo al racismo con la presencia del agente de tránsito José Félix Angulo, quien fue el encargado de realizar el saque de honor antes del inicio del partido.

José Félix fue víctima recientemente de un ataque racista mientras cumplía con su labor en el barrio San Fernando. Durante un procedimiento rutinario, fue insultado con expresiones ofensivas y discriminatorias que quedaron registradas en video y circularon ampliamente por redes sociales. El episodio despertó una ola de indignación y generó múltiples expresiones de solidaridad, tanto desde entidades públicas como por parte de la ciudadanía.

José Félix fue víctima recientemente de un ataque racista mientras cumplía con su labor en el barrio San Fernando. | Foto: Aymer Andrés Álvarez/El País

Por eso, este domingo, el agente fue homenajeado ante miles de personas. En la previa del partido, los equipos del América y Medellín participaron en una campaña de sensibilización en contra del racismo y a favor del respeto por la diversidad, sumándose a un gesto que busca recordar que el deporte es también escenario de transformación social.

José Félix, hincha del Deportivo Cali, sonrió mientras se dirigía al centro de la cancha vestido con su uniforme. Fue el encargado de dar el primer toque al balón en una jornada cargada de simbolismo, donde el fútbol se convirtió en herramienta para enviar un mensaje claro, no hay espacio para el racismo en una ciudad que se reconoce como la capital del Pacífico colombiano.

El agente de tránsito, nacido en Olaya Herrera, Nariño, es reconocido por su compromiso con la educación vial y su trabajo pedagógico en las calles. Ahora, esa labor se ha ampliado, además de enseñar sobre normas de tránsito, José Félix afirma que también educará contra el racismo.

En su historia de vida se cruzan la disciplina, la resiliencia y el orgullo por su identidad. Formado en valores de respeto por la autoridad, recuerda con claridad cómo, en su niñez, el simple hecho de ver a un policía lo hacía regresar a casa. “Eso se lo enseñaban a uno en la familia y en la comunidad. No se negociaba”, ha dicho en entrevistas recientes.

El acto en el Pascual Guerrero también fue una oportunidad para visibilizar esa historia, dignificarla y contrarrestar el dolor causado por los hechos de discriminación que vivió. | Foto: Aymer Andrés Álvarez/El País

El acto en el Pascual Guerrero también fue una oportunidad para visibilizar esa historia, dignificarla y contrarrestar el dolor causado por los hechos de discriminación que vivió. Desde las tribunas, el público lo aplaudió mientras caminaba por la cancha. En el terreno, los jugadores respaldaron con camisetas y mensajes el propósito de la campaña.

Cali, una ciudad en donde más del 30% de la población se reconoce como afrocolombiano, ha sido llamada a reflexionar. Este saque de honor se convierte así en un momento importante dentro de una lucha más amplia, la de erradicar las violencias basadas en el color de piel y reivindicar el respeto como norma de convivencia.