Pintura desgastada, huecos, desniveles y segregadores de carril destruidos, es el panorama que se observa en varios tramos de las ciclorrutas de Cali, que llevan menos de seis meses puestas al servicio de los biciusuarios caleños.

Así lo constató El País, en un recorrido que realizó por zonas del norte, oriente y sur de la ciudad, donde además evidenció que muchos ciclistas no usan estos espacios y prefieren circular por el carril mixto, mientras que vehículos y motociclistas invaden los bicicarriles.

“La ciclorruta es muy buena, lo que no me gusta es que los carros se metan por aquí porque se supone que esto es para darle seguridad a uno”, dijo Segundo Hurtado, quien hace uso de los bicicarriles de la Transversal 103 con calle 79, en el oriente de Cali.

A su vez, Édgar Arango, habitante del barrio Los Naranjos, señaló que “eso fue una plata mal invertida, porque las ciclas casi ni los usan, pero si usted se la recorre toda lo que si va a encontrar es carros parqueados y motos circulando por ahí”.

El tema fue debatido en el Concejo Municipal, donde se advirtió que habría un detrimento de recursos con la ejecución de las obras de cicloinfraestructura. Según el concejal Flower Rojas, se han ejecutado cerca de $7000 millones, “y muchos tramos de esos bicicarriles no se construyen de conformidad a lo estipulado en el contrato... ellos tenían que ampliar la estructura de pavimento, nivelación de bermas, bacheos, señalización y demarcación vial, pero en muchas zonas lo único que se hizo fue pintar”, manifestó Rojas.

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¿Quién debe responder?

De las ciclorrutas que se han puesto en operación recientemente, 28 kilómetros corresponden a Metrocali y son bicicarriles alimentadores al MÍO, ubicados en las zonas aledañas a la terminal Andrés Sanín y la estación Universidades. Esta infraestructura se entregó en junio pasado.

“El deterioro que han tenido los bicicarriles se presenta básicamente por temas de vandalismo y mal uso de la infraestructura, debemos recordar que las tachas segregadoras de carril y los delineadores tubulares son elementos plásticos, y cuando hay personas que les dan un uso no adecuado o cogen con una segueta o una porra a generarles vandalismo, o un carro los pisa a propósito, obviamente ellos no están diseñados para ser manipulados de esta manera”, indicó Jaime Quesada, director de infraestructura de Metrocali.

El funcionario explicó que aunque estas obras tienen garantías de estabilidad hasta por cinco años, cuando se trata de daños por vandalismo los arreglos deben ser asumidos con presupuesto de la entidad.

“Estamos en diálogos con la Secretaría de Movilidad para definir el mantenimiento que se les debe hacer a los bicicarriles”, dijo Quesada y resaltó que tanto en los bicicarriles del sur como los del oriente tuvieron problemas de vandalismo, incluso sin haber puesto las obras en operación, y los segregadores fueron reemplazados por otros más resistentes, para prevenir nuevos daños.

El Centro de Diagnóstico Automotor del Valle, Cdav, a través de un convenio con el Municipio, también viene ejecutando obras de bicicarriles.

El pasado 22 de septiembre se entregaron 10,2 kilómetros lineales en la Calle 70 desde la Avenida 2N hasta la Carrera 7L, y se están completando otros cinco kilómetros en la Carrera 8 desde la Calle 15 hasta la 25, y en la Calle 34 Norte desde la Avenida 3N hasta la 2N. En varios de estos tramos la pintura presenta un avanzado desgaste y en otros hace falta.

“Hay que tener en cuenta que son obras públicas, que de todas maneras requieren limpieza, mantenimiento y requerirán de un cuidado de los ciudadanos. Si hay algún tipo de deterioro normal se tendrá que intervenir en las labores de mantenimiento y si hay un deterioro anormal tiene que estar incluido dentro de las garantías que se exigen al contratista de obra”, dijo Carlos Santacoloma, gerente del Cdav.

El vocero del Cdav añadió que las obras cumplen con las especificaciones técnicas: “se utilizaron materiales de excelente calidad, el contratista utilizó pinturas certificadas y la calidad de la señalización es de los más altos estándares”.

Para Duvalier Sánchez, exasesor de Movilidad en Bicicleta de la Alcaldía de Cali, estas inversiones en cicloinfraestructura deben ir acompañadas de un proceso de cultura ciudadana “para que tengan éxito”.

“Esto es un cambio físico y la gente tiene que adaptar su comportamiento en la vía, entonces se necesita que los motociclistas no invadan, que la gente no pase el carro por encima para parquear y que las personas respeten y entienden ese nuevo uso, porque contra la falta de cultura y respeto por este espacio no hay material que resista”, expresó Sánchez y anotó que falta autoridad y control para evitar que se invadan estos carriles.

A su vez, la docente de la Universidad del Valle Janeth Mosquera, coordinadora del Observatorio del Ciclista y el Peatón, coincide en que la educación y la vigilancia son claves para evitar el deterioro de esta cicicloinfraestructura.

Asimismo, Mosquera señaló que muchos ciclistas no usan estos espacios porque las rutas no son basadas en las necesidades de los ciclistas, por temas de seguridad personal y por comodidad. “No se debe tener ninguna traba en términos de conectividad”, precisó.

Otros tramos

Juan Carlos Orobio, secretario de Movilidad, aseguró que esta dependencia cada año destina una partida cercana a los $750 millones, para mantenimiento y recuperación de elementos de señalización como los de las ciclorrutas.

Metrocali anunció que están en proceso de construcción otros 28 kilómetros de bicicarriles alimentadores al MÍO, con una inversión de $10.800 millones, que deben estar listos en junio del 2019. Intervendrán sectores como Menga, Tequendama, Paso del Comercio, Nuevo Latir y Calipso.

Por su parte, el Cdav indicó que a diciembre esperan tener listos otros 8 kilómetros de ciclorrutas en la Calle 5 desde la Carrera 1 hasta la 52, y en el 2019 se proyecta intervenir 45 kilómetros. La inversión en cada kilómetro es de $150 millones.

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