La lluvia cayó sin pedir permiso sobre Cali en la tarde del viernes 19 de diciembre de 2025. Durante algunos minutos pareció que iba a aguar la fiesta, pero el barrio Obrero —ese territorio donde la música se aprende en la calle y el baile se hereda— volvió a demostrar que la salsa no se apaga con unas gotas.

El parque principal comenzó a llenarse desde temprano y, poco a poco, se transformó en el corazón de una ciudad que entraba oficialmente en modo Feria.

“A pesar de que la lluvia quiso por un momento aguarle la fiesta a los miles de caleños que, en la tarde del viernes (19.12.2025), ya comenzaban a llenar el parque del barrio Obrero, hubo un visitante que no se dejó aburrir por las gotas que caían en esta ‘sucursal del Cielo’”, se narró durante la jornada.

Ese visitante era Waze, un australiano salsero que viajó desde Centroamérica con un propósito claro: aprender a bailar salsa caleña.

La escena no era menor. En un mismo espacio convivían campanas, güiros, clases abiertas de baile, emprendimientos gastronómicos y turistas que miraban con asombro lo que para muchos caleños es cotidiano.

Más de 1000 personas asistieron a las actividades culturales de la Feria al Obrero. | Foto: El País

La ‘Feria al Obrero: Calle de la Salsa’ se consolidó como antesala de la ‘68 Feria de Cali’ y como un ejercicio de recuperación simbólica y social de uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.

Desde las 2:00 de la tarde, el parque del barrio Obrero se convirtió en “el epicentro de la transformación del centro de Cali”, según se destacó en el balance de la jornada. Talleres de campana y güiro, clases de bolero y salsa caleña, y la presentación del portafolio de la Ruta del Obrero atrajeron a más de 1000 visitantes, que fueron testigos de un cambio que va más allá del espectáculo.

La lluvia, caprichosa, hizo “pequeñas pero copiosas entradas durante la tarde”; sin embargo, “la música y la alegría de los asistentes le mostró que no podría cumplir su cometido de disolverlos… y decidió no volver”. La salsa, como tantas veces en la historia de Cali, volvió a imponerse.

Un barrio que convoca al mundo

Entre los asistentes había turistas que llegaban por primera vez y otros que repetían la experiencia. Chilenos como Adolfo Troncoso y Pamela Pérez aprovecharon la Feria de Cali para conocer el barrio Obrero. “Tenía que venir a Cali a disfrutar la Feria. Siempre quisimos y este año se pudo”, dijo Adolfo, bailarín y visitante recurrente de la ciudad.

Pero también estaban quienes tenían una relación más íntima con el barrio. Laurenson Mosquera y su esposa, antiguos habitantes del Obrero, regresaron atraídos por la promesa de actividades culturales continuas.

El parque del barrio Obrero se llenó desde temprano para dar inicio a la ‘Feria al Obrero: Calle de la Salsa’. | Foto: El País

“Esto es muy bueno, todo lo que están haciendo con las calles y con estas actividades. El barrio es rumbero y muy bueno todas estas cosas. Antes las hacían y ahora, quieren volver a hacerlas. Y aquí estaremos”, aseguró.

Édgar Fredy Pérez, quien vivió su infancia y adolescencia en el sector, resumió el sentimiento compartido por muchos: no asistir a este tipo de eventos es “como no visitar a la mamá en un día especial”.

“La salsa es la vida mía, volver aquí me recarga, más con todo lo que está pasando, lo que le están haciendo al barrio. Hacía falta”, dijo, mientras se reencontraba con amigos de antaño.

Cultura como herramienta de transformación

La jornada no fue solo fiesta. En el marco de la estrategia de recuperación integral de la ciudad, liderada por el alcalde Alejandro Eder, la ‘Feria al Obrero: Calle de la Salsa’ se planteó como un espacio de transformación social desde la cultura y el saber popular.

“Estos talleres son importantes porque hacen parte de reconocernos en lo que somos, con nuestro patrimonio que es la salsa. Bajo la dirección del alcalde Alejandro de Eder, hemos rescatado y estamos generando identidad de lo que es este ritmo musical. La salsa es nuestro patrimonio y no podemos permitir que se muera”, señaló María Fernanda Campuzano, secretaria de Turismo de Cali.

Los talleres gratuitos de percusión permitieron a los asistentes conocer de cerca instrumentos esenciales del sonido caleño.

“Todo el mundo en Cali va a una rumba y se encuentra con una campana o un güiro, pero la verdadera magia está en conocer la base, respetarla y tocarla con sentido. Eso es lo que estamos transmitiendo aquí”, explicó Jhon Certuche, docente del taller de instrumentos.

El barrio Obrero reafirmó su lugar como cuna y símbolo de la salsa caleña. | Foto: Alcaldía de Cali

El bolero, género íntimamente ligado a las esquinas del barrio Obrero, también tuvo su espacio. “El bolero es referente del barrio obrero que ha sido la cuna de la salsa y también de la bohemia”, resaltó Mayra Lida Restrepo, ícono de la Vieja Guardia y referente del baile caleño.

La jornada académica culminó con un taller de salsa liderado por Patricia Fajardo, bailadora y gestora cultural del sector. “En el taller trabajamos pasos de salsa como: el lateral, el adelante y atrás, y pasos fundamentales como el dino y el rodilla. Son movimientos básicos que cualquier salsero y rumbero debe dominar”, explicó.

Cali sabe a barrio

Mientras el baile y la música tomaban el parque, la gastronomía hacía lo propio. En el marco de la Feria al Obrero se realizó la segunda edición de ‘Cali sabe a barrio’, un espacio que reunió 23 emprendimientos gastronómicos.

Empanadas, fritanga, postres y bebidas tradicionales hicieron parte de la oferta. Solange Gómez, de ‘Esencia artesanal’, destacó la importancia de estos espacios.

“Hemos participado en varias ferias de emprendimiento de las cuales nos han invitado y esto nos ayuda para que nuestros emprendimientos tengan visibilidad, también aporte financiero porque de ello vivimos y así hemos ido de la mano con el barrio Obrero creciendo”.

Jhon Galindo, de Linus Distribuidora, reafirmó el valor cultural del evento: “La salsa es parte de la cultura del barrio y es importantísimo que ustedes asistan para que le den nueva vida a este barrio, porque lo están organizando, lo están colocando hermoso”.

Desde su puesto, Jorge Pinzón, de ‘Broaster del Chef’, lo resumió con orgullo: “Hoy es importante porque todas las personas de la ciudad, extranjeros y del país vienen a conocer nuestro barrio, donde nació toda esta cultura salsera, todo lo que somos en Cali nació aquí en el Barrio Obrero y afortunadamente somos parte de él”.

Un australiano en la Calle de la Salsa

Antiguos habitantes regresaron al barrio atraídos por su transformación cultural. | Foto: Alcaldía de Cali

Entre los asistentes, Waze se robó más de una mirada. Alto, rubio y sonriente, esperaba un champús caleño mientras observaba la tarima principal. “Mi nombre es Waze, venimos dos parejas de Australia y de las Islas Cook a aprender a bailar salsa”, contó.

“Llegamos hace 10 días a Cali, desde Centroamérica, buscando la salsa y para aprender a bailar salsa en línea. Pensamos quedarnos hasta el final de la Feria de Cali”, agregó el visitante, sorprendido por la energía del lugar.

Waze confesó que, aunque no conoce muchos sitios de rumba, la experiencia en Cali ha sido reveladora. “Es un lugar incomparable y venir a aprender a bailar salsa es lo mejor. Este lugar (el Obrero) está quedando increíble”, comentó. Para él, la cultura salsera caleña merece mayor visibilidad: “Creo que la gente en el mundo podría conocer más de la cultura salsera caleña si se hiciera mayor promoción”.

El inicio oficial de la Feria

La jornada cerró con un concierto gratuito que reunió a figuras como Henry Fiol, la orquesta de Ángel Lebrón, Kim de los Santos y Alfredito de la Fe. La rumba, que empezó en el barrio Obrero, se extenderá por toda la ciudad hasta el 30 de diciembre, marcando el inicio de la temporada más esperada por los caleños.

Así, entre lluvia, música, memoria y sabor, Cali comenzó su Feria desde el lugar donde la salsa no es solo un ritmo, sino una forma de vida. El barrio Obrero volvió a latir con fuerza, recordándole a la ciudad que la cultura sigue siendo el motor para recuperar espacios, reencontrarse y proyectarse al mundo.

Empanadas, fritanga y bebidas tradicionales hicieron parte de la oferta gastronómica. | Foto: Alcaldía de Cali

*Este artículo fue creado con un boletín de prensa de la Alcaldía de Cali y de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.