Después de más de cuatro años sin avanzar en la disposición final de su parque automotor, la Alcaldía de Santiago de Cali reactivó el proceso de desintegración de vehículos oficiales.
La última jornada de este tipo se había realizado en 2021, dejando desde entonces cientos de automotores en bodegas y parqueaderos del Distrito.
La medida busca retirar de circulación automóviles, camiones y motocicletas que superan entre 10 y 20 años de antigüedad, y que ya no son sostenibles desde el punto de vista económico ni ambiental.
Según explicó Noralba García, directora de la Unidad de Bienes y Servicios, la decisión responde a criterios contables, ambientales y económicos que hacen inviable seguir manteniendo estos bienes.
El proceso contempla cuatro fases: autorización de baja contable del activo y disposición final, entrega al gestor ambiental, desintegración física y cancelación de matrícula.
Esta vez se desintegrarán 155 automotores, aprobados previamente por el Comité Administrador de Bienes Muebles, en el que participan las dependencias de Planeación, Hacienda, Gestión Jurídica Pública y Bienes y Servicios. A estos se sumarán otros 42 que ya están en trámite, para un total de 197 unidades.
La funcionaria destacó que los vehículos retirados no volverán a circular, sino que serán transformados en materias primas como hierro, aluminio y acero.
“De esta manera se protege la seguridad vial, al ciudadano y al funcionario, se reducen costos administrativos y se mitigan impactos ambientales”, señaló García.
Los antecedentes más cercanos se dieron en 2019 y 2021, cuando el Distrito desintegró cerca de 810 automotores.
La nueva fase pretende evitar gastos asociados a combustible, seguros, revisiones técnico-mecánicas y mantenimiento.
“Además, se descongestionan los parqueaderos y la bodega donde han permanecido los automotores durante mucho tiempo”, agregó Claudia Charria, líder del equipo Parque Automotor de la Unidad de Bienes y Servicios.
La administración distrital enmarca esta acción dentro de su política de austeridad. El proceso está a cargo de Innova Ambiental, gestor especializado en residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que se encargará de culminar la desintegración y la cancelación de matrículas antes de finalizar 2025, según proyectan.
Más allá del ahorro, la decisión tiene un fuerte componente ambiental.
“La antigüedad de los vehículos hace que se incremente la generación de gases que deterioran la calidad del aire, adicionalmente ayuda a minimizar la huella de carbono en la ciudad”, puntualizó Charria.
La medida se enmarca en los compromisos con la sostenibilidad y la seguridad vial, un año después de que Cali fuera sede de la COP16 de Biodiversidad.