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François Fillon (izq) es el candidato presidencial del partido de derecha Los Republicanos. Benoît Hamon (der) representa al Partido Socialista, la izquierda tradicional, en la contienda. | Foto: Agencia AFP

FRANCIA

Partidos franceses tradicionales están en la cuerda floja

Candidatos de Los Republicanos y Partido Socialista, que se han alternado el poder no convencen. Ultraderecha gana terreno.

8 de marzo de 2017 Por: Agencia AFP

¿El duopolio del poder entre la derecha y la izquierda en Francia está a punto de terminar? Por primera vez en su historia, las elecciones presidenciales pueden dejar fuera de la carrera en la segunda vuelta a los dos partidos tradicionales.

En esta campaña caracterizada por una gran indecisión de los electores, las encuestas actuales anuncian un duelo final, el 7 de mayo próximo, entre la líder del ultraderechista Frente Nacional (FN) Marine Le Pen, 48 años, y Emmanuel Macron, 39 años, exministro de izquierda que se instaló en el centro con su nuevo movimiento ‘¡En Marcha!’.

Pese a programas radicalmente opuestos, tienen puntos comunes como liderar formaciones que no son “ni de derecha ni de izquierda” y el hecho de nunca haber ejercido el poder.

Tras ellos, el Partido Socialista (PS) y la derecha (Los Republicanos, LR) tienen dificultades para reunir a los suyos en torno a su candidato y convencer a los ciudadanos.

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Según una encuesta Ipsos de fines de febrero, solo 17 % de los franceses consideran que el sistema democrático funciona más o menos bien en Francia y que sus ideas están bien representadas.
“Vivimos un giro democrático tanto en Francia como a nivel mundial, que se manifiesta con el avance de la cultura populista y el hundimiento de la cultura de los partidos”, analiza el historiador Pierre Rosanvallon en Le Monde.

Al inicio, gran favorito para reemplazar al presidente socialista François Hollande, el candidato elegido por la derecha, François Fillon, se vio inmerso en el escándalo de presuntos empleos ficticios que puede llevar a la derrota de su campo.

Su obstinación en continuar en la carrera por la Presidencia, pese a una posible inculpación, sembró la discordia en su partido. Y los sentimientos de decepción, hartazgo y furia se incrementaron en los últimos meses, según la encuestadora Ipsos.

“Todo esto da a los franceses (...) un sentimiento de que ya no hay puntos de referencia” , y la sensación de “que en el mundo de los partidos políticos tradicionales hay un comportamiento que ni siquiera se osaría en otras partes”, indicó el veterano centrista François Bayrou, quien recientemente apoyó a Macron.

Liberales contra nacionalistas

La izquierda también está afectada por las fracturas internas. Las orientaciones económicas social-liberales del quinquenio de Hollande dividieron profundamente y su fracaso en reducir el desempleo decepcionó a una amplia franja de su electorado tradicional. Unas heridas que el candidato socialista Benoît Hamon no logra hacer cicatrizar pese a su victoria en la primaria de la izquierda.

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El ala derecha de su partido lo acusa de representar una “izquierda radicalizada” y amenaza con ceder a la tentación de Macron, como lo hizo el miércoles el exalcalde de París, Bertrand Delanoë.

El rebelde de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, quien rechazó cualquier alianza, tiene por su parte el 10 % de las intenciones de voto.
La situación da alas a Emmanuel Macron, quien expresa su voluntad de terminar con “los mismos hombres y las mismas ideas”.

“Sus fórmulas simplemente fracasaron”, argumenta el centrista, social-liberal y proeuropeo, que ambiciona “volver a fundar el contrato con las clases medias olvidadas” por la derecha y la izquierda.

El escándalo Fillon beneficia también a la candidata antiinmigración y antiEuropa Marine Le Pen. Su discurso “contra las élites”, “antisistema” fue consolidado por el Brexit y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.

Las investigaciones de las que es objeto -en especial un asunto de empleos ficticios en el Parlamento europeo- no afectan a su popularidad. Y una tercera parte de los franceses (36 %) considera que ella tiene nuevas ideas para resolver los problemas de Francia, según una reciente encuesta.

Reclamo

Los principales aspirantes a la Presidencia de Francia manifestaron su hartazgo por el enredo judicial del candidato conservador François Fillon, que paraliza la campaña electoral e impide un debate sobre los programas. “Absorbe todo el espacio, hay exasperación, por no decir más” , aseguró Jérôme Guedj, portavoz del candidato socialista Benoît Hamon.

”Nos robaron esta campaña”, se indignó la semana pasada Emmanuel Macron, el exministro socialista del presidente François Hollande que apunta al voto centrista. Lo mismo piensa la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, que dijo que el caso Fillon “monopoliza buena parte de la atención mediática e impiden que se lleve a cabo la campaña”.

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