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Las motos, recurso vital para los patrullajes de la PM en la capital del Valle. | Foto: Foto: Giancarlo Manzano / El País

POLICÍA

¿Qué hace la Policía Militar en las calles de Cali? Conozca en detalle los patrullajes contra el delito

El País acompañó a los soldados que desde hace una semana apoyan a la Policía en Cali.

10 de diciembre de 2017 Por: Andrés Felipe Carmona Barrero / Reportero de El País

Es 7 de diciembre y la gente en Cali alumbra las calles con la tradición del Día de las Velitas. América, con un estadio Pascual Guerrero a reventar, disputa la ida de la semifinal de la Liga Águila. En el Bulevar del Río las luces de colores y la pólvora le dan la bienvenida al alumbrado navideño.

Mientras todo esto ocurre en la ciudad, tres pelotones de la Policía Militar, PM, integrados por 80 soldados organizados en 7 camionetas y 8 motocicletas, han salido a patrullar las calles del oeste, ladera, oriente y parte del centro de la capital del Valle.

Cada soldado porta un fusil de asalto nueve milímetros, con capacidad para 32 cartuchos, la referencia del arma es Micro Tavor X95.

Como parte de la dotación también portan un casco con forro negro que tiene el distintivo de PM; cuatro proveedores, cada uno con siete cartuchos; y un chaleco antibalas de color negro.

Los soldados, que se prepararon tres meses en combate urbano en el Batallón Pichincha, están recorriendo diferentes sectores de Cali desde hace una semana, luego del anuncio del alcalde Maurice Armitage para apoyar las labores de la Policía. 

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El patrullaje, que esta vez será de siete horas y media, inicia a las 4:30 p.m. con una formación en las instalaciones del cantón militar de Nápoles, sur de Cali, ante un Mayor del Ejército que imparte instrucciones a sus hombres de las misiones del día.

Después de 30 minutos de recibir órdenes, los soldados corren a montarse en las motos y camionetas. En menos de cinco minutos los tres pelotones (cada uno de 26 hombres aproximadamente) ya están en la Calle 5 rumbo al monumento de Sebastián de Belalcázar. Hace calor, los uniformados llevan cantimploras para hidratarse.

Mientras los vehículos avanzan a gran velocidad, las patrullas motorizadas abren paso cerrando las vías por algunos segundos. Así sucede por la Carrera 66 y la Avenida Circunvalar, antes de arribar al turístico sector del oeste de la ciudad, donde permanecen por 30 minutos.

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En el sitio, los uniformados se reparten la zona en grupos, cada uno al mando de un comandante, quien es el responsable del patrullaje de sus soldados tras recibir órdenes del capitán a cargo del operativo en el Día de las Velitas. Los soldados en motocicletas refuerzan a los que van a pie.

Una mujer de pelo blanco, junto a su esposo, se sorprende con la presencia militar junto a la estatua de Sebastián de Belalcázar, levanta la mano con el puño cerrado y el pulgar arriba y dice: “gracias por estar acá, los necesitábamos”.

A un costado de la bahía de parqueo del monumento, escoltado por dos hombres de la PM, el capitán Ciro Alfonso Flórez Corredor, responsable del operativo, dice que las tropas urbanas están facultadas para hacer requisas, instalar puestos de control en las vías de la ciudad, incautar alucinógenos y detener personas en flagrancia para ser entregadas luego a la Policía.

También, dice, en caso de que a un ciudadano lo agredan en medio de un hecho delictivo, como un robo, los soldados pueden reaccionar con las armas de fuego haciendo disparos para reducir al delincuente. Lo pueden hacer igualmente como forma de defensa personal en casos donde las tropas sean atacadas. Los tiros solo son autorizados por el superior de cada grupo de patrullaje o el jefe de la operación.

No obstante, habla de que en el año y medio que lleva coordinando operativos en la PM no ha tenido que ordenar el disparo de una sola bala en las calles de la ciudad, pese a que ha caminado por ‘laberintos’ de Siloé, sobre todo en sectores complicados como ‘La Estrella’, ‘Play Boy’ y ‘La Capilla’, donde ni la Policía es bien recibida.

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Son las 6:00 p.m. y los uniformados abordan sus respectivos vehículos y parten por la Carrera 2 Bis hacia La Portada al Mar.

Mientras desciende la caravana de la PM por esta vía del oeste de la capital del Valle, la mujer de pelo blanco, que había levantado el pulgar minutos atrás, vuelve a aparecer con palabras de agradecimiento para los militares mientras camina por un andén de la zona.

30 minutos después, y tras una parada técnica de los pelotones, los soldados estacionan los vehículos y las motos en la Portada al Mar, mientras los transeúntes los observan.

Los que van en los automotores se bajan para custodiar las calles del sector aledaño a la Portada, mientras que las patrullas salen hacia la parte alta de Terrón Colorado, por la Avenida 5 Oeste. Es una calle estrecha de dos carriles, uno para vehículos de ida y otro para los de venida. Hay unos cinco reductores de velocidad.

A dos soldados que están afuera de una tienda les llama la atención que un hombre en moto, vestido de camiseta negra, ha pasado al menos cuatro veces por el mismo sector. Pero la quinta vez no llega y los uniformados no pueden requisarlo.

Una llamada del Capitán a cargo del operativo a uno de los soldados que va en moto indica que hay que volver a bajar a la Portada. 

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El escuadrón de la PM parte rumbo al Hotel Intercontinental, donde los soldados que van a bordo de los carros desembarcan para que caminen hacia el Bulevar del Río. Son las 8:00 p.m.

En la mitad del puente peatonal de la Avenida 1 Norte con Calle 6 Norte dos jóvenes son sorprendidos con algunos gramos de marihuana y una dosis de cocaína, drogas que son incautadas. Además, a uno de ellos le hallan una pipa hechiza hecha a partir de un tubo de acero y una manguera.

El paso por este punto, que coincidió con el show de juegos pirotécnicos que ofreció la Alcaldía desde la azotea del CAM, es rápido. Mientras tanto, varias personas le piden fotos a los soldados.

Las patrullas, a las 9:30 p.m., embarcan de nuevo, esta vez hacia el oriente de Cali, donde se concentra el 50 % de los homicidios en la ciudad.

De camino al barrio El Diamante y El Retiro, sobre la Calle 70, las tropas hacen tres asaltos sorpresivos a separadores viales, donde encuentran armas blancas en una zona donde algunas personas estaban quemando cables para extraer el cobre.

Producto de estas intervenciones, un hombre de 18 años, sorprendido con diez cigarrillos de marihuana, es dejado a disposición de la Policía.
Una hora después de estos registros, a las 10:30 p.m., los soldados llegan a un sector del barrio El Retiro, Comuna 15, que es el escenario en el que se enfrentan dos pandillas: ‘La ocho’ y ‘La Ponceña’.


La música a todo volumen, la gente bailando en algunas vías, los niños en la calle corriendo y uno que otro adulto mirando tras ventanas y puertas es la escena con la que se topan los soldados. “Vea, no se me metan así que bueeeeno”, dice una mujer de tez negra al tiempo que intimida con lo que parece ser un cuchillo.

Ya son las 12:00 a.m. del viernes 8 de diciembre y los 80 hombres llegan a un punto de encuentro de El Retiro para retornar al Batallón.
Antes de esto hacen un balance del patrullaje del día: un machete incautado, diez cuchillos, cerca de 20 cigarrillos de marihuana, varias pipas artesanales y tres camuflados del Ejército. Además de una persona retenida que fue entregada a la Policía.

En cinco horas los mismos soldados -cada uno tiene entre los cordones de las botas una placa con su nombre- deben estar listos para salir de nuevo a un acto especial con altos oficiales del Batallón, junto a otras especialidades del Ejército. Son unas quince horas al día que cada uno de estos soldados, entrenados para combate urbano, pueden patrullar en motocicleta o camioneta. Las otras horas se las reparten entre dormir y entrenar.

La PM en Cali

En 1979, el entonces comandante de las Fuerzas Militares, general José Gonzalo Forer, dispuso mediante orden de marzo 28 crear el Batallón de Policía Militar Nº 3 General Eusebio Borrero Costa, el cual tiene sede en la capital del Valle.

La PM, durante la guerra contra las extintas Farc, realizó capturas de milicianos que tenían como centro de operaciones Cali y sus alrededores.

Cada miembro de la PM, así tenga como lugar de instrucción el Batallón de Cali, puede ser movido por todo el suroccidente del país al hacer parte de la III División.

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