Una idea poderosa para recuperar la memoria de lo que somos

La Gobernación del Valle y El País lanzan la primera etapa de una estrategia de región para que los vallecaucanos redescubramos esa esencia que nos hace únicos. Usted también puede sumarse con su buena energía a #ElValleEstáEnVos.

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Aquí la vida ocurre de formas fantásticas: un día puede verse en el lomo de las ballenas jorobadas que desde la Antártida y la Patagonia chilena viajan cada septiembre para tener sus crías en Bahía Málaga, y al día siguiente, en el vuelo de una mariposa, o de cientos, o de miles, porque este departamento ocupa el segundo lugar del mundo en variedad de mariposas tropicales.

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Aquí la vida aparece en todos los colores de la invención. En los infinitos valles verdes que al quedar atravesados por el río Cauca, palmo a palmo  fueron haciendo evidente el bautizo que llevaría esta tierra.

Y en su tierra, y sus brotes de otro planeta: chontaduro, pomarrosa, mamoncillo, badea, madroño, el fruto del árbol del ‘pam’, que aquí también crece en los árboles y es tan rico que se pronuncia con ‘m’ al final, certificando a los cuatro vientos que en efecto es muy rico.

Aquí la vida nos palpita en la lengua, que conjuga el universo con otro acento: lo fácil es mamey; lo complicado es un gallo; una mueca, una musaraña; un ¡mosca!, pura señal de alerta. Aquí los enamorados de la calle son pateperros; los presumidos, picados; los noviazgos se llaman cuadres, y a la hora de los besos todo resulta amarillo y dulce, porque aquí no se dan besos sino que se chupa piña. 

Aquí la vida se ve bajando en los espirales de neblina que se desprenden de los picos azules, a veces púrpura, de Los Farallones.

Y en los nombres que llevan las veredas que se agarran de las montañas que se levantan al centro: Las Hermosas, Juntas, Portugal, La Cecilia, se llaman algunas arriba de Ginebra, el municipio que es sinónimo de calidad en un plato, porque en este mapa el sancocho más sabroso es el de Ginebra.

La vida aquí se siente en las aguas místicas del río Sabaletas. En los resguardos indígenas. En el sabio tambor de nuestros negros. En los sabores que nos conforman. En las playas de arenas oscuras y mares imposibles para la comprensión. En todo el Valle del Cauca. Pero cada tanto lo olvidamos. Y así, el mundo que aquí todavía queda por descubrir. Y así, de paso, a nosotros mismos en el mundo. ¿Qué tal entonces  si lo recordamos juntos?

Con el apoyo de la Gobernación del Valle, El País presenta una campaña para que todos juntos, a través de un recorrido por cada uno de los municipios que conforman el departamento, recuperemos la memoria que nos une a él.

A partir de hoy y hasta diciembre, ese recorrido se verá reflejado de distintas formas en nuestras plataformas informativas. En el impreso, cada semana una crónica descubrirá –o recordarᖠla genética de  las localidades del Valle, desde un ángulo distinto al generalmente empleado en las rutas turísticas;  Lo que se pretende, pues, es  otro mapa de la región: el que no aparece en Google. 

La 'brujula' del Valle insospechado

El micrositio www.elvalleestaenvos.com es una construcción multimedia pensada para ofrecer las rutas, pistas y consejos útiles que permitan llegar a los rincones más bellos y desconocidos del departamento.

Por su puesto, también estarán allí los caminos que conducirán a los destinos más célebres de la región, con la única diferencia de que serán mostrados desde ángulos inéditos. Así entonces, elvalleestaenvos.com, desde ahora será la ‘brújula’ del Valle insospechado.

Y como toda brújula la podrá llevar en el bolsillo. Desde su dispositivo móvil, por ejemplo, usted tendrá la oportunidad de dar click sobre las actividades de su preferencia: gastronómicas, deporte extremo, turismo religioso o parques naturales, para citar solo algunas,  y acceder a información privilegiada; no la que sale en google, sino la que le permitirá conocer y viajar hasta la más hermosa intimidad regional.