Familias de bonaverenses secuestrados por el ELN, en vilo por garantías para liberación

Edinson, Gilson y Wilber, son los tres bonaverenses en el grupo de personas secuestradas por la guerrilla del ELN en Chocó y 35 días después de su retención, sus familias siguen en la incertidumbre porque solo han recibido audios como prueba de supervivencia.

Ahora un nuevo audio 'Uriel', integrante del ELN, los preocupa porque en él se afirma que la liberación no ha sido posible por falta de garantías del Gobierno.

"Seguimos con las mismas intenciones de hacer la liberación, pero el Gobierno se sigue manifestando con operativos a profundidad sostenidos en la región del Medio y Bajo Atrato y no podemos poner en riesgo la vida de los privados de la libertad y de nuestros hombres", explica el audio que circula por redes sociales.

Para las familias es preocupante que sus seres queridos continúen privados de la libertad y sin posibilidades de una pronta liberación.

“Yo le pido al Gobierno que negocie con el ELN y que los liberen, porque ya estamos muy desesperados con esta situación”, indicó Yesenia Caicedo, esposa de Edinson Cuero.

La mujer permanece en su vivienda ubicada en la zona de bajamar del barrio Los Pinos de Buenaventura, a la espera de la llamada que le anuncie que su esposo ya está libre.

“La mamá de Edinson está muy mal, está en shock desde que se enteró que estaba secuestrado, no come, no habla y solo llora”, manifestó Yesenia, quien junto a sus dos hijas está atravesando una complicada situación económica, debido a que Edinson es quien llevaba el sustento a su hogar.

En este mes, ha subsistido de la solidaridad de sus vecinos.

Una situación de total angustia también vive doña María Reyes, la madre del intendente Wilber Rentería, quien aferrada a la oración espera la liberación de su hijo.

“Así como liberaron a los otros, yo quiero que ya los liberen, que ya puedan estar con su familia, también que nos manden otra prueba de supervivencia”, aseguró.

Para ella, todos los días han sido muy difíciles, acompañada de su familia y con las visitas esporádicas que le hace la policía, conserva la fe en que su hijo estará pronto en su hogar.

El proceso de liberación aún no ha sido definido, mientras aumenta la preocupación de las familias que siguen a la espera.

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