En el Día Mundial del Sida, expertos advierten rezagos en diagnóstico en el Valle del Cauca

Colombia registra actualmente alrededor de 230.000 personas viviendo con VIH, de las cuales 185.000 están diagnosticadas, de acuerdo con cifras de la Cuenta de Alto Costo citadas por Andrés Cuestas, gerente médico de VIH de GSK Colombia. Solo en 2024, en el país se notificaron 14.555 nuevos casos.

La región Pacífica —que incluye Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Chocó— concentra 28.441 personas, equivalentes al 15,29 % del total nacional. Dentro de esta región, Cali es el principal epicentro, con 22.640 personas viviendo con VIH. El experto explica que esta concentración responde, en parte, a la disponibilidad de servicios médicos especializados.

“Donde hay más médicos, infectólogos y programas de VIH es donde la gente se diagnostica. En los territorios alejados hay mucha desigualdad, entonces las personas acuden a las ciudades grandes para poder tratarse”, afirma.

Una región con mayor rezago en indetectabilidad

Mientras Colombia avanza hacia los objetivos globales de Onusida —los llamados 95-95-95, que buscan que el 95 % de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, el 95 % de ellas acceda al tratamiento antirretroviral y el 95 % alcance la supresión viral— aún persisten brechas significativas.

En el país, cerca del 80 % de las personas que viven con VIH está diagnosticado; de ese grupo, otro 80 % recibe tratamiento, y una proporción similar logra la indetectabilidad viral. Sin embargo, la región Pacífica está por debajo de esos niveles.

“En la región Pacífica, el 60 % está indetectable e igualmente intransmisible. Estamos todavía por debajo del promedio nacional”, explica Cuestas. “Puede que las personas estén tratadas, pero no hay adherencia o acceso a un sistema de salud que les haga un seguimiento adecuado”.

El especialista subrayó que la indetectabilidad es una herramienta central de salud pública, porque reduce la transmisión.

“Si las personas viviendo con VIH están indetectables, no van a transmitir el virus”, afirma.

Diagnóstico tardío: el principal obstáculo

Uno de los puntos críticos es el diagnóstico en etapas avanzadas.

“Casi el 56 % de las personas están siendo diagnosticadas tardíamente. Llegan con las defensas muy bajitas, con alta carga viral y con enfermedades oportunistas. Esto no debería ser así”, señala Cuestas.

Aunque la normativa colombiana permite el uso de pruebas rápidas de farmacia como primera prueba diagnóstica, el experto asegura que muchas IPS no las reconocen, lo que retrasa la confirmación y el inicio del tratamiento.

“Ya perdimos tiempo porque la persona por miedo se pierde del sistema”, dice.

Vivir con VIH hoy: calidad y expectativa de vida

Cuestas destaca que los avances médicos han transformado por completo el panorama para las personas que viven con VIH.

“Hoy en día, si las personas son adherentes al tratamiento, pueden tener una expectativa de vida igual o incluso mayor que alguien sin VIH. El virus dejó de ser una sentencia de muerte”, asegura.

Gracias a los tratamientos de una tableta diaria, con menos efectos adversos y menos interacciones medicamentosas, la adherencia ha mejorado.

“Son conscientes de que tienen una condición de enfermedad de base y, por eso, tienen un seguimiento rutinario cada tres meses. Llevan un estilo de vida saludable: les recomiendan hacer ejercicio y mantener una alimentación adecuada”, añadió.

Con la proximidad del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora cada 1 de diciembre, GSK insiste en la necesidad de fortalecer las acciones para reducir el estigma asociado al virus, un factor que impacta directamente el diagnóstico temprano y la adherencia al tratamiento.

“Este día es relevante porque, si combatimos el estigma cada uno de nosotros y lo hacemos bien, podemos lograr que las personas que viven con VIH sean más coherentes con su tratamiento. El estigma no solo afecta el diagnóstico: si una persona vive con VIH, puede darle pena tomarse el medicamento frente a su familia o no querer decirlo, y eso genera desadherencia. Si conseguimos tantos cambios e impactos positivos en la sociedad, al final estamos implementando una verdadera medida de salud pública”, concluye Cuestas.