Conozca el periódico que permitió la fundación del Valle del Cauca

Ahora se puede leer la colección del 'Correo del Cauca' en versión electrónica, en el Banco de la República. Tomos originales están en la Biblioteca Departamental.

El recuerdo de la campaña para establecer un departamento que tuviera a Cali por capital, sostenida a comienzos del Siglo XX, recobró importancia en la historia regional con el anuncio de permitir el acceso del público al periódico ‘Correo del Cauca’, desde cuyas páginas se planteó la idea de este departamento.La colección del diario que circuló entre 1903 y 1939 se halla empastada en 69 tomos que se guardan en la Biblioteca Departamental. Pero no son material de lectura, por estar protegidos por el acto de 'Preservación y divulgación del patrimonio bibliográfico y documental del Valle del Cauca', mediante el cual ese tipo de tesoros debe ser conservado a toda costa.Sin embargo, también se encuentra en 36 rollos microfilmados, que pueden ser consultados en el área cultural del Banco de la República, depositaria de esa colección fílmica. De esa manera, se salvan los originales de un seguro deterioro, debido al constante uso al que estarían sometidos de permitirse su lectura directa.El 'Correo del Cauca' fue fundado en 1903 por el médico, filántropo y humanista bugueño Ignacio Palau Valenzuela (1850-1925), quien a pesar de haber estudiado medicina tenía vocación de periodista. Dirigió los periódicos ‘El Correo Mercantil’, en Ecuador, y ‘La Patria’, en Cali, en compañía de don Manuel Carvajal. Fue cuando Palau fundó el ‘Correo del Cauca’ en 1903, primero como semanario y luego como diario adscrito a la empresa industrial y comercial Palau & Velásquez y Cía. Y el año siguiente Carvajal fundó su propio periódico, ‘El Día’.Lo curioso es que ambos directores no eran rivales, pues se identificaban con el mismo proyecto político. Y ambos estaban vivamente interesados en la modernización industrial del Valle en su condición de empresarios del sector editorial, del cual fueron pioneros en Cali. Sólo competían por el incipiente mercado y fue más perdurable la labor de Carvajal, cuya empresa es hoy una de las más grandes del país. Desde comienzos de 1907, el médico Palau había empezado a escribir cartas personales agitando la idea de promover la creación de un nuevo departamento, con capital Cali, escindiéndolo del Cauca, que se extendía desde Popayán hasta Cartago. La capital de ese gran territorio, Popayán, había disfrutado severo centralismo político desde los tiempos de la Colonia, con lo cual retrasó el desarrollo de Cali, Buga y Cartago. El 6 de noviembre 1907, Palau publicó un artículo en su periódico, en el cual planteó que el nuevo departamento debería abarcar desde la costa del Pacífico hasta la Cordillera Central. Y aseguró que ello estaba contemplado en los artículos 5 y 45 de la Constitución de 1886, pues la región así delimitada reunía los requisitos establecidos para ser un nuevo departamento. Además, acusó a Popayán de hacer mal uso de los recursos de toda la provincia.El artículo desató las iras del dictador Rafael Reyes, quien tenía grandes simpatías por la clase dirigente popayaneja. Ordenó vigilar a Palau y censurar su periódico. Reyes llevó su persecución hasta ordenar “el destierro de Palau a Mocoa, Putumayo, pero por intercesión de monseñor Manuel Antonio Arboleda, le fue cambiado a Popayán”, contó el historiador Alonso Valencia Llano, de la Universidad del Valle. Es decir, el médico quedó en medio de los dirigentes a los que tan acerbamente había cuestionado, pero no se sabe que lo hubieran hostigado. De lo contrario, no hubiera podido seguir editando el diario, sin saberse cómo logró hacerlo, habida cuenta de que la comunicación con Cali era a caballo, en un trayecto de tres días.Finalmente, Ignacio Palau triunfó: Reyes fue obligado a dejar el poder en 1909, él pudo regresar a Cali y el Departamento del Valle fue creado en abril de 1910. El médico viviría hasta 1925 (Reyes había muerto en el 21) y el 'Correo del Cauca' dejó de circular en 1939.Por fortuna, todos esos episodios aquí relatados, ya pueden seguirse en el día a día que se puede consultar en el Banco de la República. Y, a lo mejor, algún día dejan ver los ejemplares originales, así sea de lejitos.