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Salud
Pies resecos y talones agrietados: remedios naturales para hidratarlos
Esta rutina de cuatro pasos ayudará a que la apariencia de sus pies se vea mejor.
Los pies resecos y agrietados pueden ser signos de deshidratación o también, pueden aparecer cuando se utilizan zapatos no adecuados o cuando se camina mucho tiempo descalzo, lo que además genera molestias como comezón o ardor.
También, otra causa de la resequedad es la pisada incorrecta o desequilibrada, que puede provocar más presión en algunas partes del pie, provocando sequedad y durezas en zonas específicas. Por eso, para evitar que los pies se resequen y que se generen fisuras, es importante colocarse crema en esta región por lo menos una vez al día, esto ayudará a mantener la piel suave y sedosa.
También existen otras técnicas como remojar los pies en agua tibia y retirar el exceso de piel con una lija, por ejemplo, que pueden ser útiles para mejorar su apariencia.
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¿Cuáles son las principales causas?
La principal causa de los pies resecos es la falta de hidratación, que deja la piel menos flexible y más fácil de que se reseque. Sin embargo, existen algunos factores que contribuyen a la falta de hidratación como:
- Caminar mucho tiempo descalzo.
- El uso frecuente de sandalias, chancletas o zapatos incómodos.
- El tipo de pisada, cuando no es correcta o equilibrada, produciendo más apoyo y presión en ciertas zonas del pie.
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- Estar por encima del peso ideal.
- Problemas en la piel, como piel atópica o psoriasis.
- Tomar baño con agua muy caliente.
Este problema está asociado también al bajo consumo de agua, necesaria durante el día. Estoy podría representar mayores probabilidades de resequedad.
Cómo quitar la resequedad en los pies
Para esto debe tener en cuenta los siguientes pasos:
1. Remojar los pies en agua tibia e hidratar
De esta forma logrará que se suavicen y se abran los poros, permitiendo que la crema hidratante sea bien absorbida por todas las capas de la piel. Hágalo así:
- Colocar un poco de agua tibia dentro de un balde hasta alcanzar una altura de 8 a 19 cm, o una altura que permita sumergir todo el pie en el agua;
- Agregar 1 a 2 cucharadas de crema hidratante, dependiendo de la cantidad de agua;
- Mezclar bien la crema en el agua, para que se disuelva completamente;
- Remojar los pies durante 5 a 10 minutos, para garantizar que la piel se quede suave y se absorba la crema.
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2. Secar los pies correctamente
Después de hacer el paso 1, seque bien sus pies. Esto para evitar el crecimiento de los hongos, especialmente entre los dedos del pie. Sin embargo, evite frotar la toalla en la piel, ya que esta acción deja la piel más irritada y contribuye a que empeore la resequedad.
Hágalo con ligeros movimientos de presión para retirar el exceso de agua. Después debe dejar los pies al aire libre durante 2 minutos, para que se sequen completamente.
3. Retirar el exceso de piel con una lima
Este es un paso opcional y, generalmente, solo se debe hacer cuando ya no hay grietas, pero la piel sigue siendo gruesa y reseca. En estos casos, después de secar el pie con la toalla, pero antes de dejarlos secar al aire libre, se debe utilizar una lija de pies, o una piedra pómez, para hacer movimientos leves sobre el talón y retirar el exceso de piel muerta.
4. Colocar una crema hidratante
Para finalmente cerrar los poros y acabar su ritual de hidratación de la piel, aplique un poco de crema hidratante. De hecho esta crema, a pesar de que no realice el ritual completo, puede colocarse 1 vez por día después de bañarse o antes de dormir.
Cuanto más espesa sea la crema, mayor será el grado de hidratación, pero la elección puede ser hecha de acuerdo con las preferencias de cada persona.