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¿Cómo saber si perdió la pasión en su relación?

¿Cómo saber si su relación ha entrado a pronóstico reservado? Un sexólogo y un terapeuta hablan de los síntomas y las alternativas para recuperar la pasión en pareja.

4 de octubre de 2015 Por: Redacción de El País

¿Cómo saber si su relación ha entrado a pronóstico reservado? Un sexólogo y un terapeuta hablan de los síntomas y las alternativas para recuperar la pasión en pareja.

Cuando una persona se siente atraída por otra es gracias a una explosión química de  dopamina, serotonina y oxitocina en el cerebro. Estas hormonas hacen que una persona altere su comportamiento y experimente sensaciones como felicidad, buen humor, atención, falta de sueño y excitación. 

 Sin embargo, por maravillosos que sean los resultados de esta combinación, el cuerpo se hace inmune a sus efectos y generalmente se acostumbra a la sensación, con el riesgo de perder todo interés en esa persona.

 Cuando una pareja comparte un cierto tiempo, generalmente entre el cuarto y quinto año, es cuando empiezan a aparecer los primeros síntomas de deterioro. 

La línea de vida del amor es la siguiente: Al principio hay una conducta  romántica muy intensa, luego viene una época de  más apego y menos pasión,  seguida del  acostumbramiento,  el cual desemboca en la rutina, ‘archienemiga’ hasta del más grande amor. 

 Para el sexólogo Ezequiel López Peralta, “a veces la pasión se duerme y en otras ocasiones la  matamos. Está bien que en un principio se tuviera química y compatibilidad sexual, pero mantenerla  depende de  la actitud que se tenga con la pareja y es un trabajo de dos”.

Existen  parejas de un año que pasan todas las etapas y otras que a los 10 siguen enamoradas,  pero esto es más cuestión de actitud que de tiempo. 

El sexólogo recomienda el siguiente mantra: “Me comprometo y me caso cada día con una persona, la cuido, empatizo con ella, miro mis errores, digo las cosas de manera asertiva, cuidadosa, amorosa y positiva. La actitud correcta es decir 'Somos uno pero cada uno guarda su independencia' y  eso permite seguir conquistando al otro todos los días”. 

Por su parte el terapeuta  Carlos Julio Ramírez, quien considera que aún los problemas hay que tratarlos con humor, explica que se empieza el camino hacia el funeral del amor porque “a las parejas se les olvida que además de ser papá y mamá, o ejecutivo y ejecutiva,  también son dos personas que deben gustarse, atraerse, respetarse y admirarse”.

Para mantener viva la pasión aconseja siempre renovarse. Algunos creen que un hijo es una solución, pero en algún momento este  se irá a dormir, así que volverán a estar solos, por lo tanto, debe ser algo que cree una conexión como pareja. 

Ramírez señala que a los hombres lo que más les gusta es presumir de su mujer y a ellas sentirse protegidas. Por eso  aconseja prender las alarmas  el día que  al llegar a una reunión  su pareja le diga: “Ve siguiendo que yo ahora entro”. 

Señales de alerta

Ausencia de espacios de intimidad. Cuando la pareja no tiene un espacio para la  intimidad  y siempre encuentra  otras prioridades: los hijos, la familia de cada uno, los amigos, el trabajo, etc. Sucede que como cada uno siente que la pareja está ahí y que funciona, orientan su atención en otras cosas.

La falta de deseo. La mayoría de parejas coinciden en el argumento: ‘La quiero o lo quiero pero no tengo ganas’. A veces la falta de deseo se expresa en una disfunción:  el hombre que no tiene una buena erección o la mujer que no llega al orgasmo.El teléfono  es más importante que la pareja. Muchos se  conforman con tener al otro ahí  al lado de la cama y su prioridad es estar  al teléfono revisando redes sociales. La intimidad debe  ser un momento de conexión emocional.  El beso que se da por cumplir. Sucede que cuando se emprobrece el erotismo, se empobrece el beso. Lo dejan solamente para saludarse. El beso es la principal herramienta del amor y  siempre indicará si algo no está funcionando. Si  se vuelve una rutina, es porque los latidos de su amor son deficientes. El desinterés.  Cuando deja de importar lo que la otra persona piensa o cuando sencillamente no se cuenta con el otro en el momento de tomar decisiones importantes. Nunca se sabe hasta dónde se puede impactar la vida de  pareja.  La incapacidad de perdonar. Cuando no se puede perdonar o queda un resentimiento profundo que no sana. La baja tolerancia.  Cuando se permite que los  detalles insignificantes se vuelvan algo trascendental y rompan la armonía del día a día en la pareja. El aburrimiento.  Se pierde la capacidad de disfrutar en compañía del otro.Se pierde el misterio. Es cuando se traspasan los límites de la confianza y tanto ellos como ellas se muestran en su versión más ordinaria, olvidando la espada de príncipe y la tiara de doncella que lucieron en un principio.   Tirarse los trapos sucios en la cara.  Algunas parejas utilizan la agresióncomo intensidad sexual y creen que el sexo post pelea es lo más emocionante, pero no cualquier discusión, por trivial que sea, debería convertirse en una situación explosiva. El fastidio. Va mucho más allá del aburrimiento y en lugar del cielo, el alma de la relación se dirige hacia el limbo. La indiferencia.  Cuando  dá lo mismo si el otro hace o no hace, hemos llegado al punto extremo del funeral de la pasión. Recordemos que en la antigua Grecia el peor castigo que se le podía imponer a alguien era el ostracismo, que nadie le hablara o le mirara.La violencia física. Es visto como el punto extremo al cual se puede llegar y totalmente matapasiones.Misión: RescateLa pareja debe estar siempre  en primer lugar porque es el eje del sistema familiar. Si la pareja no funciona, el sistema va a ser disfuncional.  Querer estar juntos.   Ambos deben estar sintonizados y comprometidos. Esto puede lograrse con terapias, talleres, conferencias o siguiendo la guía de algunos  libros. También hay que  recuperar espacios juntos: salir una vez por semana, escaparse un fin de semana de vez en cuando, irse a un hotel de noche romántica o a un motel para tener una experiencia transgresora.Mejorar la comunicación y dar rienda suelta a las fantasías.  ¿Le ha preguntado a su pareja cuáles son sus fantasías sexuales hoy?  A partir de un diálogo honesto  se puede hacer un plan y  explorar algo diferente. Una alternativa es visitar una  tienda erótica o probar  aplicaciones que sugieren posturas.  Usar el beso como herramienta para avivar la pasión. El beso permite conectarse con los cinco sentidos: olfatear, saborear, tocar, mirar y  escuchar al otro.   Hay que besarse de un modo  original y siempre debe ser diferente.Explore el cuerpo del otro  como si fuera la primera vez. Hay que conectarse con el olor del otro, dedicarse a tocar todo el cuerpo, no siempre las mismas partes. Haga que reine la paz.  En cuestiones de convivencia siempre será mejor que reine la paz. Cuando hay  conflictos se requiere de  madurez para afrontar el hecho de que  todo problema es suceptible de solucionarse. Las mujeres son “históricas”. Hay que trabajar el pensamiento de'Si pasó hoy lo resuelvo hoy y si no lo resuelvo hoy no era tan importante'. Evite acumular espinitas o vivir con la libreta de cuentas de los errores de la persona que amamos. Recuerde: lo que pasó, pasó. Es normal que el príncipe azul destiña o que la princesa se convierta en una maldita bruja, pero  no castigue a la persona  que ama.  A la pareja hay que aceptarla como es, entender que es diferente. Haga un balance. Hay situaciones de principios que no le permiten aceptar una actitud de una persona, y en ese momento  es tiempo de abrirse. Se debe hacer un balance de cosas buenas y malas de la pareja y preguntarse ¿yo puedo vivir aceptando todas estas cosas? Si la respuesta es ‘Sí’, no hay problema, pero si es ‘No’, hay que replantearse la relación.Elija su camino de salvación.  Cada pareja elige su camino. Algunos apuestan por jugar con lo sensorial preparando ambientes románticos, jugando con aromas y sensaciones; otros pueden optar por la transgresión y tener sexo en sitios prohibidos o donde corren el riesgo de ser descubiertos, otros pueden optar por elegir un terapeuta.Pida un consejo inteligenteHay quienes piensan que al sexólogo o al terapista de pareja solo se debe ir cuando la pareja está en las  últimas; sin embargo, este tipo de profesionales pueden ser grandes orientadores  para la vida cotidiana y su asesoría se convierte en un aliado  del  desarrollo personal.  En momentos de crisis hay que darle espacio a un tercero para que mire la situación de la pareja y pueda ofrecer un consejo guía. Sin embargo, hay que ser inteligente al  elegir a quién se le pide consejo porque hay personas cercanas que pueden dar un consejo justo, pero  a veces se recurre a la persona menos indicada. Siempre hay que pedir más de un consejo, pero no pedir 20. La perspectiva exterior puede iluminar el camino.

 

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