“Quintero tiene que demostrar, al país y al Pacto Histórico que es inocente”: Pizarro pone condiciones en la carrera presidencial

María José Pizarro, la senadora que está en la baraja de precandidatos a la presidencia de la República por el Pacto Histórico, inició su gira por el país por la ciudad de Cali, en un gesto que ella denominó de agradecimiento, luego de que la capital del Valle fue clave en el triunfo del presidente Gustavo Petro en 2022.

De paso por la ciudad, en la que vivió en su infancia y que asegura le trae grandes recuerdos, Pizarro visitó El País, donde expuso sus expectativas frente a las próximas elecciones.

¿Por qué iniciar su campaña a la Presidencia de Colombia por Cali?

Bueno, como ustedes saben hicimos el lanzamiento de nuestra candidatura el pasado lunes en Bogotá y anunciamos también que iniciaríamos nuevamente recorridos por el país para escuchar a Colombia, a la ciudadanía, al pueblo de nuestro país, y tomamos la decisión de iniciar este recorrido precisamente aquí en Cali. ¿Por qué en Cali? En primer lugar porque mi familia es valluna: mi abuelo, el comandante general de las Fuerzas Armadas y almirante Juan Antonio Pizarro, es de Palmira. También, mi padre es del Valle, aunque nació, por circunstancias de trabajo del abuelo, en Cartagena. Y yo crecí en la ciudad de Cali, entonces tengo una relación de afecto, recuerdos, memorias con la ciudad. Y también porque Cali es una de las ciudades que nos dio el triunfo y, por lo tanto, también en un gesto de reconocimiento por esta ciudad que nos acompañó con su voto, creo que es fundamental escuchar a su ciudadanía.

Por todos estos motivos, tanto personales como colectivos del proceso político, tomamos la decisión de empezar por aquí.

Cali ha sido una fortaleza para el Pacto Histórico. ¿Cree que va a seguir siendo así?

Yo creo que se ha hecho una inversión importante en el Pacífico colombiano. Sin embargo, las expectativas también eran inmensas. Hablar con los caleños y las caleñas es fundamental para poder hacer un balance en términos reales de lo que la gente cree ha sido el resultado de este ejercicio de gobierno.

Con toda esta reflexión, en medio de una conversación que es absolutamente necesaria, también queremos empezar a establecer unas metas y unas prioridades para el nacimiento de esta candidatura, que es la segunda etapa del “cambio”. Así queremos hacerlo, pero, por supuesto, en las regiones. En Cali hay una deuda con la juventud y con las mujeres que están por fuera del mercado laboral, lo que implica que hay que trabajar para formalizar el empleo.

¿Por qué se decidió a lanzarse a la Presidencia?

Creo que es el tiempo de las mujeres, y no solamente en el continente, con presidentas como Claudia Sheinbaum, si no para las mujeres aquí en Colombia. Nosotros hemos demostrado que tenemos liderazgo, capacidad y las aptitudes adecuadas para el diálogo, la concertación, para defender con vehemencia y con rectitud nuestros principios, valores, el modelo y la visión de país que proponemos, y que tenemos las capacidades para hacer un tránsito hacia esa segunda etapa del cambio con más serenidad, tranquilidad y suficiencia.

¿Qué tan difícil o fácil va a ser escoger uno de los candidatos del progresismo?

Somos siete por el momento. Hay que reconocer que hay un grupo de mujeres muy valiosas y esto implica que ya, de entrada, hay una apuesta distinta del Pacto.

Además, hemos elegido una ruta que no es la escogencia exclusiva por parte de la militancia, sino que la ciudadanía va a seleccionar quién es la persona que creen debe representar las banderas y los valores del progresismo. El 26 de octubre toda la ciudadanía podrá votar, y esto implica una conversación muy franca con la ciudadanía.

¿Y si Daniel Quintero decide participar de la consulta y les gana? No es del afecto de muchos en el Pacto...

Existe, al interior del Pacto Histórico, un comité de garantías y ética que tendrá que valorar su candidatura, pero hoy Daniel Quintero tiene una doble responsabilidad, porque, a pesar de que tiene una experiencia de gobierno, tiene que demostrar, no solamente al país, sino al Pacto Histórico que es inocente en relación con los cargos por los cuales hoy está imputado.

¿Usted cree que lo que ha hecho Petro favorezca el progresismos cuando hay tanta polarización?

El presidente Gustavo Petro mantiene los éxitos de su ejercicio de gobierno. Es una persona que hoy tiene un porcentaje de favorabilidad que está alrededor del 38 %, y eso quiere decir que hay un grupo muy amplio de la ciudadanía que todavía lo acompaña con certeza.

Petro y yo somos personas diferentes, así hagamos parte del mismo proyecto político, no solamente porque yo soy una mujer y él es un hombre, sino porque también pertenecemos a generaciones distintas: él hace parte de la generación de mis padres, que tuvo que enfrentar un mundo y un país muy distinto al que tenemos nosotros, y eso hace que nuestras lecturas sobre la izquierda, sobre el progresismo y sobre el país tengan unos matices de diferencia.

De concretarse su candidatura, ¿Cuáles serían los puntos más importantes a trabajar?

Creemos que hay unos sectores que son motor del desarrollo. Ciudades como Cali lo podrían sentir de manera muy positiva. Tenemos un crecimiento sostenido de actividades que son estratégicas en ese tránsito de un modelo extractivista a uno productivo.

Hoy tenemos la agricultura, que es el motor de la economía en nuestro país, que ha crecido por encima del 8 %. Esto es importantísimo. Por supuesto, el turismo también es clave. Hoy somos el segundo país que más recibe recursos después de México por el turismo.

La transición energética es una obligación y una oportunidad, porque tenemos territorios en nuestro país que nos pueden facilitar una transición energética. No de cualquier manera, una transición justa, que inclusive podamos, con base en la soberanía energética que tienen los habitantes de las ciudades y el país, inaugurar comunidades e instituciones educativas energéticas que son capaces de surtir de energía a toda la comunidad.

La reforma agraria es algo en lo que debemos continuar. Se han entregado 600.000 hectáreas de tierra, se han titulado más de 1 millón de hectáreas, pero creemos que el segundo piso de la reforma agraria debe tener más créditos para los campesinos, mayor tecnología y la posibilidad de que los campesinos y las campesinas sean aliadas.

¿Qué cree que puede pasar con la reforma de la salud? ¿Tiene alguna esperanza en el Congreso?

Acabamos de cambiar de mesa directiva, lo quiere decir que inclusive el diálogo entre las distintas bancadas puede ser menos turbulento que lo que tuvimos que vivir con la pasada mesa directiva, en manos del senador Efraín Cepeda. Ahora llega un senador liberal, y tenemos que ver cuál va a ser el tono con el que va a manejar esta discusión.

Nosotros esperamos que bajen las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, que podamos tener una discusión tranquila, que no se utilicen las estrategias para hundir las reformas, pasando por encima de un diálogo que debe ser necesario. El Congreso está allí para debatir, y lo que esperan los colombianos es que sus congresistas debatan sobre los asuntos fundamentales.

¿Por qué ha sido tan difícil conciliar?

Para la reforma laboral, el gobierno estuvo concertando dos años, y de eso se habló muy poco. Cuando se hundió en el Senado de la República por la decisión de ocho congresistas, que nos llevaron inclusive a presentar una consulta popular que ya las encuestas nos decían que tenían una amplia favorabilidad, y que la gente estaba de acuerdo con las preguntas, fue precisamente la movilización de la gente, junto con el respaldo a la consulta popular, lo que les hizo recular y finalmente tomar la decisión correcta desde el principio, que era debatir.