Política

‘Navegando’ entre escándalos: así pasó el presidente Gustavo Petro el 2025

Analistas coinciden en que este año representó la profundización de tensiones y crisis que ya venía acumulando el mandatario desde el inicio de su administración.

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Año de escándalos de Gustavo Petro.
Año de escándalos de Gustavo Petro. | Foto: Fotomontaje El País

29 de dic de 2025, 11:03 a. m.

Actualizado el 29 de dic de 2025, 11:03 a. m.

Un escandaloso 2025 para el presidente Gustavo Petro está próximo a terminar, no sin antes dejarle varios ‘coletazos’ judiciales y políticos con los que deberá lidiar en los ocho meses finales de su mandato.

Sin lugar a dudas, no pasarán en blanco polémicas como el caso de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, las tensiones diplomáticas con Estados Unidos, la posible infiltración de disidencias de las Farc al Estado y las investigaciones por violación de topes de financiación en la campaña Petro Presidente.

Fuentes consultadas por El País están de acuerdo en que la ‘cruz’ más pesada con la que el Primer Mandatario cargó este año es el entramado de corrupción de la Ungrd, pues si bien se destapó el año pasado, en este implicó directamente a funcionarios muy cercanos a él.

El abogado e internacionalista Jorge Yarce Tamayo explica que este escándalo no es solo el más grave del año, sino que es el que mejor sintetiza la crisis del actual Gobierno Nacional, porque exhibe con crudeza la distancia entre el discurso del poder y sus prácticas reales.

“Este caso aceleró el aislamiento del Presidente, profundizó la desconfianza entre sus antiguos aliados y debilitó severamente su capacidad de liderazgo. La autoridad moral necesaria para impulsar reformas estructurales quedó seriamente comprometida y la narrativa de superioridad ética que sostuvo buena parte del respaldo inicial del Gobierno se resquebrajó de forma irreversible”, anota.

El caso inició con la denuncia del desvío de fondos destinados a la atención de riesgos para sobornar a congresistas para que favorecieran reformas oficialistas, pero el 2025 termina con un alto exfuncionario que tiene circular roja de la Interpol y dos exministros capturados, al igual que asesores de primera línea.

“Que funcionarios cercanos al Ejecutivo aparecieran implicados en redes de desviación de fondos públicos para fines políticos afectó tanto la confianza ciudadana como los mecanismos formales de rendición de cuentas”, indica el docente e investigador universitario Néstor Raúl Quiroz.

Señala que el entramado “debilitó la narrativa de ‘gobierno distinto’ o de ‘cambio’ porque, “cuando se combina con dificultades legislativas y crisis de políticas públicas, esto agrava la percepción de ineficacia estatal, lo cual ha generado ampliamente pérdida de credibilidad”.

Este escándalo fue el que reveló el entramado de corrupción. | Foto: cortesía UNGRD

Otra polémica que tensionó el ambiente en la Casa de Nariño fue la posible infiltración de disidencias de las Farc en instancias oficiales y su posible vinculación con altos mandos de la Fuerza Pública.

Ese episodio, en opinión del analista y consultor político Germán González, “le terminó de dar una estocada a la Política de Paz Total de Petro, que ya venía siendo un fracaso”.

Sobre eso, Quiroz menciona que, al involucrar actores armados ilegales, la controversia trascendió lo meramente administrativo o ético y entró en el área de seguridad del Estado, afectando la gobernabilidad y el monopolio de la fuerza.

“Este escándalo se inscribe en una crisis más amplia de seguridad, dada la posible negociación con grupos armados disidentes versus la confrontación militar, generando confusión política interna y un debilitamiento de la seguridad regional y departamental. Ya no se distingue al actor armado legal o ilegal en ciertas partes del país”, agrega el profesor.

En definitiva, esa presunta participación de criminales en las esferas públicas del poder puso aún más en duda el compromiso real de la Administración Petro con la seguridad nacional, sumado a la seguidilla de atentados en diferentes zonas del país, el incremento del reclutamiento de menores de edad, el fracaso en la lucha contra las drogas y el hundimiento de la mayoría de las mesas de negociación con grupos armados ilegales.

“La denominada Paz Total no ha logrado desescalar la violencia. Por el contrario, ha permitido el rearme táctico, logístico y humano de los grupos criminales, con un impacto directo en la seguridad pública y nacional”, dice Yarce.

“La persistencia de la violencia —y en algunos territorios el recrudecimiento— ha alimentado la percepción de una coadyuvancia implícita o, al menos, una permisividad peligrosa entre el Gobierno y esos actores, percepción que, independientemente de su veracidad, tiene efectos devastadores sobre la confianza ciudadana en el Estado”, insiste.

Otty Patiño le reconoció a SEMANA que creyó en los jefes del ELN, pero hacían todo lo contrario a lo que hablaban en la mesa de negociación con el Gobierno de Gustavo Petro.
Mesa de negociación entre el Gobierno Nacional y el ELN. | Foto: afp

Como consecuencia, el analista Álvaro Benedetti advierte que el país ha perdido confianza también en la inversión, ha generado que se reduzca la cooperación y volvimos a estar bajo la lupa internacional frente a lo que muchos creen que es una declaratoria de estado fallido”.

Un salvavidas usado por el Mandatario, ante el desgaste que significó el fracaso de la Paz Total tras la caída de las mesas de negociación con el ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc, fue el anuncio de diálogos con bandas criminales locales que tienen mucho menor impacto, idea que expertos han calificado como inútil, debido al poco tiempo que le queda en la Casa de Nariño.

Polémica Petro - Trump

No se quedan atrás los desencuentros entre Petro y su homólogo estadounidense, Donald Trump, que han generado varias crisis diplomáticas, como cuando el primero rechazó el aterrizaje de un avión que llevaba colombianos, cuando Washington anunció la suspensión de ayudas y la imposición de sanciones económicas y por las amenazas de intervención militar y ataques en el mar.

“Colombia se encuentra bajo una mayor observación en un contexto marcado por la política antidrogas y el despliegue de capacidades navales estadounidenses en el Caribe. La ambigüedad y las contradicciones del discurso presidencial frente a estos temas han generado inquietudes sobre la conducción de la política exterior y sus efectos en la seguridad regional y nacional”, señala Yarce.

Al respecto, Benedetti declara que “la tensión con Estados Unidos se volvió un factor de noticia recurrente y con efectos prácticos que, aunque por ahora no está resquebrajada la cooperación, ni la narrativa de que Colombia es un socio confiable, el hecho de que el presidente sea Petro y de que la confrontación sea directamente con Trump, genera un clima de tensión que pocas veces se vio en la historia de la relación bilateral”.

Para ‘coronar’ este ruidoso año de Gustavo Petro, semanas atrás se conoció un fallo del Consejo Nacional Electoral que determinó que la campaña que puso en el poder al hoy Jefe de Estado violó los topes financieros establecidos por la ley.

Si bien la noticia por sí sola generó un ‘huracán’ político para el Mandatario, su reacción incrementó la desaprobración de sus opositores. “¡Qué tal! Si los sindicatos apoyan partidos, son sobretopes; pero si son los banqueros, no ¡Mamola!”, dijo.

Finaliza la lista de las controversias de Petro la imposibilidad de construir apoyos en el Legislativo, que terminó en el hundimiento de las reformas tributaria y de salud.

“El Presidente ha perdido gobernabilidad en el Congreso. Esta última legislatura ha sido la más improductiva para la Administración: no prosperó ningún proyecto relevante del Ejecutivo, pero mantiene la capacidad de marcar la agenda política y mediática. Petro da de qué hablar todos los días y su proyecto político hasta el momento tiene el candidato más fuerte en las encuestas presidenciales para el 2026”, dice González.

Para Benedetti, el Mandatario tiene la capacidad de imponer la agenda “muy al estilo de lo que pasa con cualquier gobierno populista, que, con el hecho de que respiren, ya se genera una conmoción. Tiene cierto control, pero desde el punto de vista institucional, con el bloqueo en el Congreso y el hundimiento de proyectos, claramente no hay gobernabilidad institucional”.

Congreso reforma a la salud en Comisión Séptima
Uno de los fracasos del Gobierno Petro este año fue su relacionamiento con el Congreso, con el que mantuvo su discurso confrontacional. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA / SEMANA

¿Se profundiza la crisis?

Ante la pregunta de si el 2025 representa un punto de quiebre para Petro, las fuentes consultadas opinan que no, ya que este año, como los anteriores, solo muestra la profundización de su crisis de gobernabilidad.

Yarce señala que este año adquirió especial relevancia porque coincidió con una ruptura natural del ciclo político, que es el tránsito hacia el último tramo del mandato presidencial y el inicio de la disputa por el poder en el escenario electoral.

“Lo que se ve este año es la maduración de tensiones al interior del Gobierno y la consolidación de su narrativa confrontacional, útil para mantener y alimentar el núcleo duro de votantes, especialmente en época electoral. Su tono confrontacional lo llevó a la Presidencia, y le es útil ahora en campaña”, expresa Germán González.

“No abandona ese tono porque mal que bien mantiene una popularidad que, aunque oscila, no se desploma, mostrando que tiene un apoyo disciplinado de un sector de la sociedad. No hay un giro abrupto en el rumbo presidencial, solo una consolidación de lo que se venía dando: escándalos de corrupción, tensiones diplomáticas, conflictos a nivel interno y una política de paz que fracasó”, añade.

El docente Quiroz enumera otros puntos de quiebre durante estos doce meses, como las derrotas legislativas y judiciales en reformas clave, la movilización social polarizada y el deterioro e inestabilidad en seguridad, que reconfiguran el margen de maniobra presidencial.

Analiza que “Petro ha perdido control de la agenda política, aunque no de manera absoluta, y esa pérdida debe entenderse en términos estructurales y relacionales, no como un simple desorden comunicativo. Lo que ocurre es un desplazamiento del poder de agenda-setting (establecimiento de la agenda) del Ejecutivo hacia otros actores como el Congreso, las Cortes, la opinión pública polarizada y las crisis de seguridad”.

También, Benedetti se refiere a los quiebres generados en la Administración, debido a los escándalos personales del Mandatario que afectan su gestión.

“La pregunta es si Petro está en pleno control de su rol como presidente, porque el problema no es que tenga vida privada, sino el manejo que le da, porque ha interferido repetidamente con la percepción de su capacidad para gobernar”, dice.

Menciona igualmente el posible enriquecimiento de la primera dama, Verónica Alcocer, con dinero del Estado, las presuntas adicciones del Jefe de Estado, su impuntualidad y el incumplimiento de promesas”.

Comunicadora social y periodista egresada de la Universidad Santiago de Cali, con diplomado en Comunicación Política. Escribo sobre política local, nacional e internacional.

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