Avanza la definición de las listas al Congreso para 2026 en medio de alianzas y reacomodos internos en los partidos

A pocos días del cierre de inscripciones para las elecciones de 2026, los partidos políticos del país afinan las últimas decisiones sobre sus listas al Congreso.

La competencia por las cabezas de estas listas al Senado y a la Cámara de Representantes, además de revelar la correlación interna de fuerzas, muestra la manera en que cada colectividad busca garantizar su supervivencia política.

Para el politólogo Alejandro Echeverry Gómez, esta sería la primera elección desde 2010, donde no habrá un gran elector, como en el pasado lo fueron figuras como Álvaro Uribe, Antanas Mockus o Jorge Robledo, quienes en su momento jalonaron votaciones masivas.

Esa ausencia, dice, obliga a los partidos a depender más de sus estructuras, de negociaciones internas y de la definición estratégica de sus cabezas de lista.

El Pacto Histórico se presentará con lista cerrada al Senado. Según Echeverry, esta coalición aspira a conservar las 20 curules obtenidas hace cuatro años, con la expectativa de crecer hasta 25 o 30. Bogotá y el Valle del Cauca volverían a ser determinantes en ese propósito, pues fueron los territorios donde esa fuerza obtuvo sus mayores votaciones en 2022.

La cabeza al Senado estará en manos de la exministra Carolina Corcho, que en algún momento se disputó esa posición con la senadora María José Pizarro, quien luego declinó.

En contraste, el Centro Democrático avanza en un proceso de organización interno que involucra tanto a quienes buscan pasar de la Cámara al Senado como a las figuras con trayectoria en presidenciales.

La posibilidad de que el expresidente Uribe regrese a la lista, ocupando un lugar simbólico que pueda atraer votación al partido, continúa en discusión.

Para el analista Echeverry, este escenario abriría la puerta a presentar una lista cerrada: “Si Uribe va como candidato número 25, aspiran a sacar 25 curules”, replicando el modelo utilizado en 2014 y 2018.

La cabeza de lista de esa colectividad al Senado dependerá de quiénes sigan la carrera a la Presidencia y quiénes se bajen. Por ahora, el único que ya no está en la contienda por la Casa de Nariño es Andrés Guerra, a quien se le pidió encabezar la lista a la Camara por Antioquia.

Desde el Valle del Cauca, el diputado Rafael Rodríguez afirma que el partido ya está en el tramo final de su lista a la Cámara, con una conformación diversa que incluye representación de Buenaventura, sectores cristianos, culturales y empresariales. “La lista está en un 90% completa”, y precisa que el partido recomendó a Santiago Castro como cabeza de lista para esa corporación por su trayectoria.

Rodríguez también anticipa el objetivo electoral: “Le estamos apuntando a que el partido vuelva a tener dos cámaras en el Valle del Cauca.

El profesor de la Javeriana Cali y coordinador regional de la MOE Alejandro Sánchez, asegura que en el departamento hay “tranquilidad” en el Centro Democrático, dado que el representante Cristian Garcés se consolidó como el líder de la bandera del partido en el Valle. Y agrega que la llegada del grupo de Ubeimar Delgado no parece alterar ese predominio.

Otros partidos

Cambio Radical, por su parte, firmó una alianza con la plataforma Alma para presentar lista conjunta al Senado y listas compartidas en varias cámaras territoriales. El acuerdo está construido sobre tres pilares: “defensa de los niños, protección de la familia y promoción de la libertad”.

Sobre Cambio, Echeverry plantea una lectura basada en su comportamiento electoral reciente: “Ha perdido votación en las últimas dos elecciones, pero conserva una estructura que históricamente ha superado el millón y medio de votos”.

Y agrega que “el interrogante central recae en el papel que asumirá Germán Vargas Lleras: liderar la lista para fortalecerse en el Congreso o preservar su visibilidad para la carrera presidencial. Su decisión definirá el alcance de la coalición y la competitividad de la lista”.

Ahora bien, sobre el comportamiento interno del partido en el Valle del Cauca, el profesor Sánchez plantea que “en Cambio Radical lo que hemos tenido siempre son tres organizaciones políticas que compiten entre ellas: la de (Carlos Fernando) Motoa, la de José Luis Pérez y la de Carlos Abraham Jiménez”, cada una con estructuras propias y alianzas fuera del departamento que son decisivas para mantenerse en el Senado.

Por su parte, la Alianza Verde anunció una coalición con En Marcha para las legislativas para buscar construir “la principal fuerza política en 2026”.

Hasta ahora, allí se disputan la cabeza de lista al Senado, figuras como JP Hernández, Angélica Lozano y Ariel Ávila. Según una encuesta de favorabilidad o intención de voto, el puesto lo tendría Hernández.

El senador Ávila reconoce que los resultados son relevantes, pero advierte que la decisión final la toma la Comisión de Avales del partido mediante votación.

Sobre la coalición con En Marcha, explica: “Tenemos una coalición tirada al centro, con convergencias ideológicas, sociales, ambientales y políticas. Además, se está discutiendo que seguramente va a entrar la ASI”.

También señala que el objetivo es “mantener al menos las trece curules” en el Senado de la Alianza Verde y que, aunque prefiere no anticipar proyecciones regionales, el partido espera un desempeño estable, incluso en un escenario adverso.

Desde En Marcha indican que el propósito de su unión con los verdes es “convertirse en la fuerza política más grande del Senado, superando las 20 curules”, aunque sin proyectar un número de votos.

Agregan que sus principales bastiones estarían en los Santanderes, la Costa Caribe y Bogotá, donde, aseguran, existe un electorado “liberal reformista” afín a sus ideas.

En el plano regional, el concejal verde Rodrigo Salazar anticipa que esa colectividad busca que la lista a la Cámara por el Valle del sea encabezada por una mujer. Entre los nombres más visibles está el de Carolina Quijano, exsecretaria de Bienestar Social de Cali.

Sin embargo, Alejandro Sánchez afirma que habrá que observar el desempeño del actual representante Duvalier Sánchez y su apuesta de oposición.

En el Partido de la U las decisiones se mueven entre mantener la votación de 2022 y avanzar en alianzas regionales como la que ya se concretó en Tolima, donde inscribió una lista conjunta con el Mira. Asimismo, se aliaron con Cambio Radical y Oxígeno para presentar una lista abierta a la Cámara por Bogotá, liderada por Carolina Arbeláez.

Entre los partidos emergentes, una de las decisiones recientes fue la designación de Juan Sebastián Gómez como cabeza de lista de la coalición del Nuevo Liberalismo, Dignidad y Compromiso y Mira, tras descartar nombres como el del exministro Alejandro Gaviria o el jurista Rodrigo Uprimny.

El politólogo Echeverry señala que esta alianza “puede ser una sorpresa, dependiendo de que aprendan de los errores del 2022” y destaca tres factores clave a su favor: la disciplina electoral del Mira, la solidez organizativa de Dignidad y el reconocimiento mediático de figuras del Nuevo Liberalismo.

Para la Cámara, el Nuevo Liberalismo tiene tres opciones en el departamento: María Lucía Villalba, Juan Fernández Reyes Kury y Juan Baena.

Los partidos Liberal y Conservador, a su vez, mantienen relativa estabilidad en su comportamiento electoral. Aunque no han determinado oficialmente sus cabezas de lista, los analistas coinciden en que su estructura histórica les permitirá conservar representación significativa en el Legislativo.

Y el partido de Ingrid Betancourt, Oxígeno, va al Senado con una lista cerrada encabezada por la exsenadora Sofía Gaviria.

El politólogo y docente de la Universidad Icesi Juan Pablo Milanes enfatiza en que más que quién encabece la lista, lo que define el comportamiento legislativo y la gobernabilidad posterior será quiénes la integran.

Y señala que en partidos con posiciones ideológicas claras, como el Pacto Histórico o el Centro Democrático, la cabeza de lista no modifica su relación con el Gobierno, pues ya están definidos como fuerzas de apoyo o de oposición.

Pero en partidos que actúan como pivotes, la composición interna sí es determinante para cualquier gobierno entrante, pues de sus curules dependerá la construcción de mayorías en el Congreso.

Para el periodista político Argemiro Piñeros, este año las listas tendrán menos “novedades” externas que en ciclos anteriores: “La gran mayoría va a ir con los tradicionales dirigentes”.

Así, lo que ocurra en estas semanas ordenará la configuración de las listas, las cuales serán decisivas para entender el mapa político que se definirá en 2026.