¿Y los semáforos?

La crisis de los semáforos dañados en Cali parece no tener final.
Las quejas de los caleños son constantes pues la situación se repite por igual sobre la Avenida Sexta en el norte de la ciudad, en la Calle Quinta a la altura de Ciudad Jardín o a lo largo de la Autopista Simón Bolívar.

Y si hoy se repara uno, a los pocos días deja de funcionar por lo que comienza de nuevo el ciclo de espera para que se arregle la situación.

Las consecuencias van desde trancones descomunales, accidentes constantes o ‘guardas’ de tránsito improvisados que piden plata mientras el caos aumenta.

Es la oportunidad de preguntarle a las autoridades municipales qué están haciendo para solucionar un problema que lleva nueve meses, tiene desesperados a conductores, transeúntes y afecta incluso al sistema de transporte masivo.

Si bien gran parte del daño fue causado por el vandalismo que padeció la capital del Valle durante dos meses y se espera que se paguen las pólizas de seguros, los semáforos son un servicio público que no puede dejar de prestarse.

Para eso los ciudadanos pagan impuestos a la ciudad, que se deben destinar, entre otros, a mantener las vías públicas y la red de semáforos que facilitan la movilidad, evitan el caos y previenen accidentes.