Tranquilidad para el Valle

Frente a los hechos de violencia que se han presentado en algunos municipios del Valle y que estarían relacionados con enfrentamientos entre bandas dedicadas al microtráfico, las autoridades están reaccionando como debe ser.

La respuesta ha sido el despliegue de fuerzas especiales del Ejército y la Policía que persigan a esas organizaciones criminales y hagan lo necesario con el fin de recuperar la tranquilidad para la población.

En las semanas recientes, Buenaventura y Tuluá han revivido las nefastas épocas en que en cualquier calle, en los ríos o en el mar aparecían cuerpos decapitados o con signos de tortura.

También se han incrementado los crímenes por vendettas en el sur del Valle, a la vez que en la región se sienten las repercusiones de la violencia en el norte del Cauca.

Por ello, si bien se debe reconocer el compromiso de la Fuerza Pública y de las autoridades del Valle para combatir ese flagelo, no se puede cantar victoria.

Ese enemigo poderoso que es el narcotráfico sigue estando encima, busca fortalecerse e imponer como sea su régimen del terror.

La única opción es perseguirlo con persistencia y desarticularlo desde sus bases, para impedir que siga inundando las calles de los municipios del Valle con la venta al menudeo de sus drogas malditas, mientras la población queda expuesta a los enfrentamientos violentos entre las bandas que explotan el negocio, asesinan por su control y envenenan a la juventud.
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