Terrorismo puro

Otra voladura al oleoducto Caño Limón-Coveñas, esta vez en el municipio de Teorema, en Norte de Santander.

Otro desastre ambiental en el río Catatumbo por causa del derramamiento de petróleo, que tardará mínimo 15 años en repararse y afecta a 50.000 personas de la zona rural que necesitan del río para su supervivencia.

Y otra vez el Eln como autor de un atentado que destruye la infraestructura petrolera, afecta el patrimonio nacional, acaba con los recursos naturales del país y va sobre todo en contra de los colombianos sin distingo alguno.

Ese terrorismo hace imposible negociar con un grupo de delincuencia que aprovecha la cercanía a la frontera con Venezuela para cometer sus ataques y huir al vecino país donde encuentra refugio y protección de la dictadura.

A quienes insisten en los diálogos con esa organización criminal hay que preguntarles si consideran posible sentarse en la mesa con quienes atentan de esa manera contra los bienes de la Nación y contra toda Colombia.

Al Eln hay que exigirle que suspenda sus ataques y todo acto violento como requisito para retomar cualquier acercamiento.

La paz se busca con voluntad, no extorsionando a la sociedad a través del terrorismo.