¡Qué calor!

Los 42 grados centígrados que se esperan este martes en Londres rompen los récords de temperatura registrados en Gran Bretaña.

Es el calor que azota a Europa en este verano extremo, que deja marcas como 44,8 grados de Mérida, España, 42 en Nantes, en la costa oeste de Francia, o los 39 que por primera vez registra Ginebra, en Suiza.

En una semana se han roto 150 récords de calor, con consecuencias como las 510 personas fallecidas en España, o los 659 muertos de Portugal por su causa.

Y están los incendios que han consumido 150.000 hectáreas en la Península Ibérica y 16.000 hectáreas en Francia, mientras en Grecia hay 260 focos encendidos.

A la que ya es una tragedia humanitaria y ambiental, se suma la incertidumbre de Europa por la posible suspensión del suministro de gas desde Rusia, en momentos en que se necesita producir más energía para cubrir la demanda que desencadena la necesidad de usar aires acondicionados.

Lo que pasa en el continente europeo, igual que en el Medio Oriente, en África o China, demuestra que el cambio climático es una realidad que reclama respuestas.

La cuestión es qué se va a hacer para evitar que las condiciones del planeta empeoren y que se llegue a extremos peores donde se multiplican las víctimas.