No a la mordaza
Qué pasó, quiénes borraron el portal y si la intención era acallar al medio para evitar los reportes y la crítica sobre los graves acontecimientos que ocurren en Cali y el papel cumplido por las autoridades locales, tiene que ser materia de investigación.
Los caleños tienen derecho a estar informados sobre lo que sucede en momentos críticos como los que hoy se viven en la ciudad, en el Valle y en Colombia.
Por ello cualquier acto que impida a los medios de comunicación tradicionales y electrónicos el libre ejercicio de su misión es un atentado contra los ojos y oídos de la sociedad.
Sucedió con el hackeo y desaparición de las cuentas en redes sociales del portal informativo Qué Pasa en Cali Ve, denunciado por sus administradores.
Qué pasó, quiénes borraron el portal y si la intención era acallar al medio para evitar los reportes y la crítica sobre los graves acontecimientos que ocurren en Cali y el papel cumplido por las autoridades locales, tiene que ser materia de investigación.
También hay que rechazar las agresiones que han sufrido los equipos periodísticos de El País y el noticiero regional 90 Minutos.
Vehículos pinchados o atacados a piedra y reporteros amenazados para impedir que realicen su trabajo, son algunos de los hechos ocurridos en medio de las protestas que aún se mantienen en la capital del Valle y en sus principales salidas.
Eso es un atentado contra la libertad de prensa, un principio esencial en cualquier democracia, y la violación al derecho a la información de los colombianos.
Y una inaceptable restricción al periodismo para tratar de silenciarlo.