Los secuestró la dictadura

No se demoró la dictadura de Nicolás Maduro en llamar a diálogos con la comunidad internacional y con sus opositores en Venezuela.
Al mismo tiempo mostró su intención de usar la represión y la fuerza contra quienes no apoyan su continuidad.

Esa combinación tuvo como víctima a Juan Guaidó, el recién posesionado presidente de la Asamblea Nacional, y a los periodistas de medios internacionales que informaban del hecho.

Guaidó fue interceptado en una carretera, secuestrado por el Servicio Bolivariano de Seguridad Nacional, Sebin, y después liberado ante la presión y la indignación que desató tan burda demostración de poder represivo.

Luego, el ministro de comunicaciones de Maduro dijo que el tenebroso Sebin actuó por su cuenta, lo que demuestra el fraccionamiento de la dictadura.

Aunque fuera momentáneo, el secuestro de Guaidó confirma las intenciones de la tiranía de usar la violencia contra quien no se pliegue a sus oscuros designios.

Por ello, los venezolanos y el mundo democrático deben estar atentos y actuar contra el régimen usurpador que ha causado el daño más grave de toda su historia a Venezuela.

El secuestro del joven presidente de la Asamblea Nacional y de los periodistas que cumplían su deber de informar debe servir para conseguir el objetivo de recuperar la democracia y la decencia en el vecino país.