La solidaridad

Entre los ejemplos que ha dejado este tiempo de pandemia, aislamiento y dificultades está la solidaridad.

Ha sido un año en el que se necesitan las demostraciones de ayuda a quienes más lo necesitan, que llegan desde los lugares más inesperados y los promueven personas de todas las edades.

Como los hermanos Sara y Mateo Molina, dos adolescentes nacidos en los Estados Unidos, de padres caleños, que desde la distancia le ayudan a la Casa San José de Cali, donde se atiende a adultos mayores, recicladores y a sus hijos.

Para ayudar se necesita ante todo tener una buena propuesta y ser perseverante en el propósito.

Así es como Sara, Mateo y sus papás comenzaron a hacer galletas en su casa, las ofrecieron a sus amigos de Pleasanton, California, cerca de San Francisco, y su buena obra se expandió por las redes sociales, tanto que jóvenes de otras ciudades como Miami los están apoyando haciendo las galletas y vendiéndolas en sus comunidades.

En estos meses han recaudado $25 millones y los han enviado a la Casa San José para ayudar con el comedor de los ancianos y con mercados a los recicladores y a sus familias para que tengan su alimentación.

Esa es la solidaridad que se necesita en épocas de dificultad y que es posible cuando existe la buena voluntad unida a la fraternidad y el interés por ayudar a quienes lo necesitan.