La democracia al revés

El escaso número de votantes que participó en las elecciones para gobernador de Bolívar, deja un sabor amargo que obliga a la reflexión.Es absurdo que de 1.300.000 personas aptas para votar, sólo un 10% haya acudido a las urnas, lo que significa que la inmensa mayoría de los bolivarenses o no le interesaba, o no tenía ni idea que se realizarían las elecciones ni mucho menos quiénes eran los candidatos. En consecuencia, las elecciones quedaron en manos de quienes contaron con la maquinaria suficiente para poner unos escasos votos.Valdría la pena revisar si por conservar el respeto a las formas jurídicas, se justifica que se realicen elecciones donde sólo esté presente una ínfima parte de los ciudadanos con capacidad para elegir.Así como puede ocurrir en la elección de un nuevo gobernador para el Valle en enero próximo, el caso de Bolívar se convierte en la democracia al revés, donde entre menos votos haya es más fácil para el clientelismo apoderarse de la representación popular.