El propósito de la enmienda

La cumbre sobre pederastia que se realiza desde hoy en el Vaticano, convocada por el papa Francisco, tiene un gran significado para la Iglesia Católica.

El arzobispo maltés Charles Scicluna, encargado de investigar los casos de abuso sacerdotal, lo resume así: “Es el momento de la verdad. Aunque nos humille, nos haga temblar y sentir gran vergüenza”.

A la Iglesia se le debe reconocer que lleva años haciéndole frente a los escándalos que se han destapado, desafiando el silencio que los cubría.

Se han tomado medidas preventivas, adoptado normas para evitar que se repita el abuso y se colabora cada vez más para que la Justicia laica castigue a los implicados.

También es incuestionable que su credibilidad sigue afectada de manera grave por quienes abusaron de su ministerio.

Por ello llegó el momento de la enmienda, de descubrir la verdad, corregir los males, sancionar a sus autores y reconocer y acompañar a quienes fueron perjudicados.

El cónclave reunirá a representantes de las 113 conferencias episcopales, superiores de congregaciones religiosas y representantes de las miles víctimas.

De allí no saldrá la solución definitiva para conjurar el daño que se ha hecho, pero sí debe producirse el compromiso de actuar con transparencia, comprometerse con la verdad y evitar que se repitan hechos tan lamentables.

Con ello, la Iglesia Católica habrá dado el paso que requiere para recuperar su credibilidad, mancillada por quienes abusaron de su investidura a todo nivel .
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