Controlar el descontrol

Carreras de motos, piques ilegales, consumo de alcohol y de drogas, exceso de ruido son algunas de las quejas que manifiestan los vecinos de la Avenida Circunvalar.

Esa vía que sigue inconclusa, a la que le falta iluminación y donde no hay control permanente, se volvió un lugar inseguro y los efectos los padecen quienes viven en sus alrededores.

La situación es permanente, aunque se recrudece durante las noches y los fines de semana sin que las autoridades logren controlar los desmanes pese a los operativos que se realizan.

Si bien es cierto que redadas como la del pasado domingo, en la que 150 policías y agentes de tránsito impusieron 72 comparendos e inmovilizaron 40 motocicletas, son fundamentales para combatir este flagelo, se requieren mayor constancia y contundencia en la aplicación de la ley para resolver la situación.

La urgencia también es finalizar la prolongación de esta vía, una de las megaobras inconclusas por las que ya pagaron los caleños y que debido al abandono se convirtió en el punto de encuentro de quienes quebrantan las normas o realizan prácticas peligrosas que ponen en riesgo a la población.

Es la transgresión de la cultura ciudadana que afecta a Cali desde hace tiempo, altera la convivencia y demanda de acciones eficaces y permanentes de las autoridades para devolverle el orden a la capital del Valle.