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A la puertas del desastre

Un barco cargado de petróleo se hunde lentamente en el mar, amenaza con causar una de las peores tragedias ambientales del continente americano y nadie da la cara.

25 de octubre de 2020 Por: Vicky Perea García

Un barco cargado de petróleo se hunde lentamente en el mar, amenaza con causar una de las peores tragedias ambientales del continente americano y nadie da la cara.

Al menos no lo hacen quienes deberían: el régimen venezolano, su empresa petrolera Pdvsa y la italiana ENI, responsables del buque de almacenamiento y transferencia Namariba, encallado en el Golfo de Paria en el mar Caribe con 1,3 millones de barriles de crudo, que lleva dos meses ladeándose sin que se tomen las medidas necesarias.

La alerta la lanzaron los trabajadores y ocupantes de la embarcación,
quienes aseguran que ya hay cámaras inundadas y las filtraciones pueden comenzar en cualquier momento.

La preocupación también la han manifestado las autoridades marítimas
de Trinidad y Tobago, Barbados, Guyana, Aruba, y Curazao, los países que más sufrirían, junto con Venezuela, los efectos de un derrame de petróleo en sus aguas.

Como suele suceder en el régimen que manda en esa nación, la negación y el silencio son los métodos usados para restarle importancia al grave problema que se avecina, sin importar que la evidencia se encuentre a la vista de todo el mundo.

Es la soberbia de siempre, unida a la irresponsabilidad que pueden causar otra tragedia en Venezuela, traspasar las fronteras afectando a sus vecinos y ocasionar el mayor daño ecológico en el mar Caribe.

Es una amenaza real frente a la cual la comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados.

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