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Las primarias argentinas

Pero desde ya se sabe que todos tres usarán mensajes muy distintos al de los que ocuparon la Casa Rosada con populismo y medidas erráticas, las cuales llevaron al surgimiento de la inflación y de medidas que, como la limitación de cupos en dólares para las tarjetas de crédito, dan a entender la fragilidad de la economía argentina.

13 de agosto de 2015 Por:

Pero desde ya se sabe que todos tres usarán mensajes muy distintos al de los que ocuparon la Casa Rosada con populismo y medidas erráticas, las cuales llevaron al surgimiento de la inflación y de medidas que, como la limitación de cupos en dólares para las tarjetas de crédito, dan a entender la fragilidad de la economía argentina.

Como respondiendo a los retos que dejaron los doce años del régimen Kirchner a su país, los votantes argentinos emitieron su opinión en las urnas el pasado domingo, a sabiendas de que los tres candidatos más favorecidos son de origen peronista pero tratan de desmarcarse del populismo con el cual han sido gobernados. Los resultados hablan de que, en las elecciones primarias, Daniel Scioli, candidato del partido oficialista e integrante hasta no hace mucho del gobierno de Cristina Fernández, llegó al 38,41 %. Que Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires y líder de la oposición en Argentina, llegó al 24 %, y si se le suman los de sus aliados de la coalición Cambiemos, subió al 30%. Y que Sergio Massa, antes favorito, alcanzó el 20,63 % de los sufragios, que corresponden al 68 % del censo electoral. Así se decidió entre quiénes será la disputa por asumir el poder en las elecciones cuya primera ronda se celebrará en octubre próximo. Pero desde ya se sabe que todos tres usarán mensajes muy distintos al de los que ocuparon la Casa Rosada con populismo y medidas erráticas, las cuales llevaron al surgimiento de la inflación y de medidas que, como la limitación de cupos en dólares para las tarjetas de crédito, dan a entender la fragilidad de la economía argentina. El primero en tratar de alejarse del oficialismo es Scioli, el poco carismático candidato del kischnerismo, quien busca desmarcarse de la desmoralización que vive su país, afectado por los frecuentes escándalos de corrupción que involucran hasta a la familia presidencial. Él, quien debe conseguir por lo menos el 40 % de los votos y una distancia no menor al 10% para evitar la segunda vuelta donde se unan los opositores al régimen actual, es consciente de la necesidad de que no sea visto cerca a doña Cristina y su corte. Después está Macri, también peronista, pero de corte conservador y opositor del Gobierno. A este candidato, que tiene mucho más carisma aunque menos votos, le corresponde sumar los votantes de todo Cambiemos, coalición donde estaban desde candidatos del partido radical de derecha hasta la conocida Elsa Carrió, de centro izquierda. Con ello puede alcanzar que haya una segunda vuelta en la cual se vea las caras con Scioli. Y en tercer lugar está el cambiante Sergio Massa, del Frente Renovador, quien ha caminado casi todo el espectro político argentino, incluida su militancia en el justicialismo de Carlos Menem, el kirchnerismo que lo favoreció con cargos en el Gobierno, y la Democracia Cristiana. Con la votación que obtuvo el pasado domingo no parece ser el más opcionado para el triunfo final, pero mediante alianzas sí puede definir el ganador en las elecciones definitivas de octubre.Todo indica pues que ese país continuará la senda que atraviesa la política en casi toda Latinoamérica, sin importar la crisis que la afecta y el descrédito en el cual han caído sus instituciones de gobierno. Es decir, en el futuro próximo, los argentinos elegirán a su presidente, no en función de un partido y unas banderas, sino de los candidatos, de su carisma y de las campañas que los rodeen.

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