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Ganó Trump

"El resultado dice que fue más efectivo el mensaje del republicano que el de la candidata demócrata. Y demuestra cómo su enfoque en la recuperación de lo que denominó la grandeza de su país, llegó con claridad a las clases medias blancas y a no pocos ciudadanos de origen latino".

10 de noviembre de 2016 Por:

"El resultado dice que fue más efectivo el mensaje del republicano que el de la candidata demócrata. Y demuestra cómo su enfoque en la recuperación de lo que denominó la grandeza de su país, llegó con claridad a las clases medias blancas y a no pocos ciudadanos de origen latino".

La escueta noticia significa el fin de una de las campañas más superficiales y más agresivas en la historia de los Estados Unidos. No obstante, la llegada a la presidencia de Donald Trump desata en su país y en el resto del mundo una oleada de inquietudes, temores y preguntas sobre lo que puede ocurrir si el nuevo mandatario aplica sus promesas de campaña.Fue el final de una contienda llena de acusaciones sexuales, de espionajes y cuestionamientos alimentados desde los medios de comunicación estadounidense contra los candidatos. Casi podría decirse que lo menos importante era el mensaje o el programa de gobierno, lo cual fue reemplazado por el escándalo del día protagonizado casi siempre por Trump, por las acusaciones contra la señora Hilary Clinton o por los familiares de ambos aspirantes.El resultado dice que fue más efectivo el mensaje del republicano que el de la candidata demócrata. Y demuestra cómo su enfoque en la recuperación de lo que denominó la grandeza de su país, llegó con claridad a las clases medias blancas y a no pocos ciudadanos de origen latino. Son millones de obreros y seres en apariencia invisibles que decidieron respaldar la promesa de más empleos, de menos impuestos y de más atención a sus problemas.Gente a la cual no le interesa el mundo salvo por la competencia que arruina sus empleos y su calidad de vida. Esos obreros, pertenecientes a sindicatos de tradición demócrata en los estados del norte votaron por el mensaje casi elemental de Trump, que también movilizó el electorado de la Florida y de Texas con la promesa de un país más cerrado y menos expuesto a una globalización que destruye sus fuentes de trabajo, según el lenguaje populista del hoy ganador inobjetable.La otra cara de la moneda está en los temores que despierta su discurso cargado de xenofobia, de misoginia, de desprecio por los convenios con los países aliados de los Estados Unidos, y de lugares comunes para tratar de vender un programa económico que muchos especialistas califican de imposible. Ahora puede decirse que esto último no era necesario, porque, según los resultados, su rival no pudo convencer a pesar de tener un discurso serio, coherente y lleno de experiencia.Con Trump ganó también su partido Republicano, el que en su gran mayoría lo repudio ante el temor de lo que creyeron una derrota inexorable. Con pocas bajas en el Senado, conservará la hegemonía en el Congreso y configurará así un poder pocas veces visto para tomar las decisiones de gobierno que a bien tengan el Ejecutivo y el Legislativo, incluida la facultad de elegir los jueces en la Corte Suprema de Justicia.A partir de ahora, y a pesar de los llamados a la unidad que hizo el nuevo presidente, los temores y las dudas giran alrededor de si aplicará todo lo que Trump dijo, incluida su venganza contra la prensa que en su gran mayoría estuvo en su contra. O si esa pesadilla era apenas una estrategia para atraer el voto, y será olvidada apenas tenga sobre su pecho la banda que lo reconoce como el presidente cuarenta y cinco de los Estados Unidos.Todo está por verse.

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