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Carlos Jiménez

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Tomás Rayes

Él es un chef que se ha sanado y ofrece sanación a otros mediante la nutrición y no simplemente preparando platos deliciosos.

9 de junio de 2023 Por: Carlos Jiménez

Yo le conocí cuando todavía se apellidaba Reyes y su madre era la psicoanalista Clemencia Várela, que se lo había llevado con ella a París cuando aún era un niño, después de divorciarse de su marido y de abandonar sus estudios de biología en la Universidad del Valle. Por lo que sabía de su existencia, aunque antes nunca le hubiera visto. Nos acercaron tanto esos antecedentes como el hecho de que ya para entonces me dedicaba a la crítica de arte y él se había interesado tanto por el arte que estudiaba en plan profesional en Instituto de Bellas Artes de Cali.

Después de ese encuentro nos separamos. Él terminó sus estudios y se marchó a Japón, a continuarlos en la Nihan University de Tokio, donde obtuvo su maestría en arte multimedia. Yo también me marché rumbo a Madrid, donde aún vivo y trabajo y desde donde, gracias a las redes, supe de nuevo de él.

Desde 2022 vive en Bogotá y el excelente fotógrafo y video artista que llegó a ser se ha convertido en un Chef tal y como él mismo se define. Pero no en clase de chef en la que solemos pensar sino en un chef que ha llegado a serlo gracias a un dilatado proceso de introspección y auto sanación. Una introspección muy distinta a la cultivada por su madre psicoanalista, porque la suya en vez de focalizarse en la psiquis lo ha hecho en el cuerpo. “Un día decidí -me cuenta– que lo que tenía que hacer antes que nada era curarme”. Curarse de unas intolerancias alimenticias que le resultaron síntomas de un maltrato y un olvido de su cuerpo que debía conjurar de inmediato.

El título añadido que reclama para sí, el de Self Healer, auto sanador, es congruente con esta decisión: él es un chef que se ha sanado y ofrece sanación a otros mediante la nutrición y no simplemente preparando platos deliciosos.

Y ha hecho ambas cosas porque su concepción de la salud es en primer lugar es holística: se esfuerza por restaurar la relación del propio cuerpo con los sistemas de vida del planeta. Y, en segundo lugar, porque no delega en nadie esa tarea, sino que plantea que, aunque se tenga un guía, nadie distinto a nosotros mismos puede hacerse cargo de ella. Por eso supone tanto la introspección como el empoderamiento.

Por último: creo que Tomás, que ha recuperado el apellido de sus ancestros libaneses, no pensaría y haría lo que está haciendo si no hubiese vivido 10 años en California, inspirador laboratorio de nuevas formas de pensamiento y de vida.

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