Columnistas
Tertulia para una Cali ganadora
Como caleños debemos estar a la altura y ser efectivos en la generación de oportunidades como una prioridad, apostándole decididamente a la inclusión de los jóvenes y las mujeres ...
Conversemos sobre unas oportunidades sobre las que estoy convencida debe desarrollarse la relación entre la ciudadanía y la siguiente administración local y sobre cuál es el rol del resto de actores presentes en el territorio si queremos poner a Cali en el lugar que se merece. La ciudad no necesita una revolución más, necesita ética de trabajo, inteligencia, organización, conversación y mentalidad ganadora.
Me gusta la palabra conversar porque desde su significado griego se refiere al diálogo, a la conversión, la acción de darle vuelta a algo, hacerlo girar con buenos argumentos, como lo necesita Cali y cosa muy diferente al intercambio de monólogos tan frecuente por estos días.
Al tablero pasamos todos, no solamente nuestro nuevo alcalde. El balón también está en el pie de los caleños. Como bien lo han mencionado nuestras autoridades locales electas para el periodo 2024-2028, es momento de levantar la cabeza, organizarse, sumar fuerzas e ir al frente con inteligencia. Cali y el Valle necesitan lo mejor de todos nosotros desde los diferentes roles que desempeñamos.
Ahora bien, en esta oportunidad quiero poner sobre la mesa una tarea ineludible – reconstruir la reputación de Cali. Trabajar para volver a posicionar a Cali como la meca de desarrollo e inversión que ha sabido ser por varias décadas y un atractivo turístico de diferentes tipos para explotar, a partir de la pregunta: ¿Cómo y en qué estamos ganando en nuestra conexión con el mundo? Y, ¿cuáles son las ventajas que no estamos viendo y explotando?
Esto solamente podremos verlo si somos capaces de conversar, ver los paradigmas que nos gobiernan, descubrir nuestras ventajas y reinterpretar la trayectoria de éxito de nuestra ciudad. Para lograrlo, la sinergia con el sector empresarial es fundamental. En esta relación se pueden aprovechar capacidades y lecciones aprendidas.
Desde el año 2020, en la Andi Valle hemos iniciado un trabajo con las empresas por la construcción de confianza con los diferentes grupos de interés, construimos un índice global de reputación del empresariado del Valle y encontramos evidencia de una narrativa anti-empresa que limitaba las posibilidades de poder trabajar con comunidades y sector público por el desarrollo integral de nuestro territorio. Por tanto, nos articulamos varias organizaciones empresariales con el fin de cerrar esas brechas y gracias a este trabajo, decenas de compañías cuentan con más y mejores herramientas para gestionar sus entornos y hacer explícito el valor compartido que generan.
La nueva administración nos devuelve la esperanza en Cali. El alcalde electo, su equipo y los demás candidatos que se adhirieron a su programa, supieron leer mejor que el resto, las necesidades y expectativas de la ciudadanía. Lo que viene ahora es una tarea aún más retadora y que requiere del trabajo de todas las fuerzas vivas.
Como caleños debemos estar a la altura y ser efectivos en la generación de oportunidades como una prioridad, apostándole decididamente a la inclusión de los jóvenes y las mujeres como lo vienen haciendo las empresas de la región. El desarrollo es un proceso acumulativo que exige construir sobre lo construido, dándole continuidad a los procesos sociales y proyectos de ciudad que han demostrado impactos positivos en generación de bienestar y reducción de violencia.
También es fundamental rescatar la movilidad de los caleños pensando en rediseñar su estructura para cerrar la brecha que limita la movilidad de la mayoría de las mujeres de la ciudad. Según un estudio del Observatorio para la Equidad de la Mujer – OEM de la Universidad ICESI en 2020, el capital de motilidad (la facilidad con la que un sujeto se desplaza atendiendo a variables de tiempo, distancia recorrida y oferta de transporte) tiene una brecha para las mujeres de casi el 60% en los estratos más bajos. Una mujer en Cali, por ejemplo, que se desplaza pendularmente de donde vive a lugares de habitación donde trabaja, gasta en tiempo y dinero dos veces más que sus vecinos varones al desplazarse al trabajo. Cali no puede ser más competitiva si no recuperamos el sistema de transporte masivo y si no encontramos la manera de pensar en la movilidad de las mujeres.
Debemos soñar y avanzar a paso firme con los proyectos estratégicos de movilidad más importantes como el tren de cercanías, la recuperación de la malla vial y las obras fundamentales que tiene proyectados y avanzados la ciudad y la región – símbolos que nos permiten cohesionar a la ciudad y reconstruir su reputación.
Finalmente, un grupo de interés esencial es el medio ambiente. Cali tiene el lujo de contar con un parque nacional en su territorio y siete ríos que la vitalizan. Conversemos también sobre cómo nos organizamos para fortalecer nuestros ecosistemas y biodiversidad cuidando los bordes de la ciudad, cómo capitalizamos nuestro liderazgo en cogeneración de energía, como escalamos nuestro sistema de economía circular, cómo miramos hacia el río Cauca y recuperamos nuestras cuencas.
Consolidar a Cali como una meca de oportunidades y un oasis seguro para el éxito de todos los que la habitamos debe ser el propósito de todos. Es clave mantener una conversación estimulante, interpretar nuestras ventajas, reconstruir la reputación de nuestra ciudad, ser inclusivos en el diseño de políticas públicas y organizarnos para capitalizar nuestras ventajas, solo así vamos a ganar como ciudad.