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Informe sobre las carreteras

Después de unas vacaciones navideñas que podría denominar “al volante”, con etapas...

18 de enero de 2017 Por: Santiago Gamboa

Después de unas vacaciones navideñas que podría denominar “al volante”, con etapas en Pereira, Bogotá, Villavicencio, Puerto Gaitán, Guaduas, Medellín, La Pintada, Manizales e intermedias, me puedo sentar con calma a hacer un frío informe sobre el estado de las carreteras. Y puedo decir que hay tramos que están muy bien, como el de Cali a Pereira, con una doble calzada completa que es agradable y le permite a uno disfrutar del hermoso paisaje. La distancia es de unos doscientos kilómetros y el costo total del peaje, con las nuevas tarifas, se acerca a los 70.000 pesos. Más caro que una autopista europea. El trayecto de París a Lille, en Francia, tiene los mismos kilómetros que de Cali a Pereira y cuesta 16,30 euros, es decir 18.525 pesos menos que acá. Y no sólo: se recorre en 1h52 minutos, mientras que acá se gastan 45 minutos más. Paradójico, ¿no? Sobre todo si hacemos algunas comparaciones: en primer lugar, en la doble calzada nuestra el carril derecho es peligrosísimo ya que por su borde transitan bicicletas, motos, caballos, gallinas, gente a pie, y los vecinos cruzan a la carrera. Además, cuando se llega a un pueblo la doble calzada entra a él convirtiéndose en una vía aún más peligrosa y lenta, con policías acostados (o resaltos). Todo esto se agrava en la noche, cuando la carretera, en la práctica, se vuelve de una sola vía. Nada de esto hay en las autopistas europeas y por eso son más rápidas y seguras ¡Lo increíble es que además sean más baratas que las nuestras!De Pereira a Bogotá está el gran tumor maligno de las vías nacionales: La Línea. ¡Es realmente increíble que un país como el nuestro no haya logrado resolver semejante problema! Se gasta en promedio dos horas y media en sus 40 kilómetros, y puede ser peor dependiendo de los camiones. Como el problema lleva años -corrupción, inoperancia, incumplimiento, incompetencia- las curvas están llenas de gente que da paso, vende maní y dulces, ofrece agua y gaseosas, frutas, salpicón. Si no fuera tan grave, el espectáculo daría para una comedia. Algo similar se ve entre Villeta y Guaduas, en el Alto del Trigo. Son poco más de 20 kilómetros, pero uno puede durar una hora, siempre por los camiones y carrotanques.Lo mismo pasa entre Bogotá y Villavicencio: ¡Tres horas para 116 kilómetros! Es enloquecedor, pues sólo hay doble calzada en un tramo muy pequeño (se está construyendo la vía entera, al menos hay esperanza). Si no fuera por el paisaje uno podría acabar en un psiquiátrico, situación que se repite en el tramo Puerto Triunfo - Medellín, de una sola vía para las dos direcciones, y en toda la ruta de Medellín a Manizales, agravado por dos puentes que cruzan el Cauca con letreros en los que se lee “prohibido el paso de dos medios pesados simultáneamente”, pero al pasar vi seis tractomulas en fila. Debo agregar, con dolor, que muchos de los choferes de camión con los que me crucé parecían mercenarios inmersos en un combate. La otra impresión triste es que un psicópata armado en una panadería escolar podría ser incluso menos peligroso que un chofer de flota. Sé que se está trabajando para mejorar, pero, qué lejos está de nosotros un país como Ecuador, con sus carreteras extraordinarias. ¿Por qué ellos sí pudieron y nosotros aún no? Ahí les dejo esa inquietud, pero este tema seguirá.Sigue en Facebook Santiago Gamboa - club de lectores