Una tarea ineludible

En estos días tuve la oportunidad de hablar con una geóloga experta en vulcanología y le preguntaba si esa serie de recientes erupciones, casi simultáneas que han mostrado los medios, tenían relación entre sí. Me contestó que eso era algo que siempre ha ocurrido y que la diferencia radica en que ahora tenemos internet e información en tiempo real y por eso parece anormal algo que siempre ha ocurrido.

A ratos me pregunto si con la corrupción no sucede algo parecido. Hoy los medios y las redes sociales nos abruman con noticias sobre esa maldición y tenemos la sensación de que es algo que se salió completamente de las manos.

La impresión general es que en el pasado había casos de corrupción, pero estaban, como decía Turbay, “dentro de sus justas proporciones”.
Cuando se habla con personas que desempeñaron cargos públicos hace más de veinte años ellos dicen que no percibieron la corrupción como algo grave durante su gestión.

Todo indicaría entonces que sí estamos frente a un fenómeno que ha crecido de manera desbordada y que lamentablemente afecta todos los estamentos. En la administración pública hay corrupción a nivel nacional, pero también es muy grave a nivel de los gobiernos locales. Y el sector privado no se escapa de esta desgracia. No solo porque allí está la contraparte de muchos de los negociados con dineros públicos, sino porque al interior de las actividades puramente privadas también se dan casos de corrupción en su operación.

El tema es grave y es evidente que no se soluciona con más leyes y normas orientadas a endurecer las penas, cuando hay el grado de impunidad que tenemos. Por eso es tan importante que las campañas y todos aquellos que pretenden regir los destinos de este país estudien el tema y las propuestas de quienes vienen trabajando en este campo pues son muchos los frentes que hay que atacar y, afortunadamente, hay diagnósticos serios que ilustran el camino.

Liderado por Fedesarrollo y con participación de Transparencia por Colombia, de DeJusticia y de la Misión de Observación Electoral, MOE, se conformó una misión de expertos que a lo largo del último año estudió a fondo el tema; se analizaron experiencias de otros países y se hicieron entrevistas a un sinnúmero de personas con conocimientos útiles para este propósito. El resultado es un conjunto de recomendaciones, unas de corto plazo, otras de más largo plazo, unas más factibles de implementar y otras con un proceso más complejo por delante. Lo importante es que son concretas y abarcan temas no solo sobre contratación, sino tan determinantes como las relacionadas con el sistema electoral y la financiación de las campañas, origen de muchos de los problemas.
Son propuestas serias y producto del análisis y la investigación. Ojalá sean acogidas por quienes pueden contribuir a mejorarlas cuando sea del caso y luego a su implementación. El espacio en esta columna no permite comentarlas, pero recomiendo consultar en www.fedesarrollo.org los planteamientos y documentos que las acompañan. Esta debería ser una tarea obligada para todos los candidatos y sus equipos.
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