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Mesianismo

¿De verdad hay alguien que crea que con las bandas de delincuentes se puede negociar y que si los jefes se acogen los que vienen abajo no van a seguir delinquiendo?

24 de febrero de 2023 Por: Ricardo Villaveces

El proyecto de ley de reforma al sistema de salud está ayudando, como ninguno, a entender el verdadero carácter de Petro como gobernante. No solo por la forma tan burda como ha pretendido presionar al Congreso con el llamado ‘balconazo’, sino por el procedimiento utilizado para impulsar el proyecto.

Llamar a la plaza pública con el pretexto de hacer pedagogía y en lugar de explicar sus reformas usar ese espacio para pronunciar un discurso de odio y resentimiento es incomprensible en un mandatario que pretende construir la ‘Potencia mundial de la vida’. Lo que hizo fue crear condiciones para que se recrudezca el conflicto. En lugar de buscar que se entendieran los contenidos de las reformas, lo que buscó fue azuzar para presionar al Congreso y a los medios.

Las actitudes de la señora Corcho, por su parte, solo han mostrado desprecio por la opinión de quienes piensan distinto, rechazo a los argumentos y a las cifras y terquedad en sostener posiciones puramente ideológicas, sin hacer el esfuerzo por estudiar con seriedad las complejidades del tema.

Negarse a hablar con quienes conocen el sector y tienen otros puntos de vista, no tener en cuenta, siquiera, los planteamientos de otros miembros del gabinete y presentar un proyecto que no ha pasado por el filtro de Hacienda ni de Planeación Nacional es una irresponsabilidad.
Su arrogancia ha sido tal que hasta el presidente del Congreso lo ha manifestado de forma contundente. Eso sería motivo para que un Presidente interesado por mejorar lo existente y construir sobre lo construido le pusiera freno al activismo de esta señora. En lugar de eso, Petro la ha seguido apoyando y se presta a espectáculos populacheros como el que hicieron el día que se presentó el proyecto. Esto habla mal del presidente.

El señor Hernández fue un candidato muy exótico, pero es indudable que sus votos expresaban, en buena medida, el rechazo que el país tiene a la corrupción que ha proliferado. Petro es inteligente, resulta entonces difícil de entender que apoye de esa manera un proyecto que incrementa de manera muy considerable las oportunidades para los corruptos por la cantidad de instancias que crea, el espacio que le da a los polítiqueros y el poder que les da a quienes manejan el dinero.

Si a ello se le suman las ideas del Ministro de Justicia de reducir y suavizar las penas y eliminar muchos delitos, además de la confusa Paz Total, el escenario es muy complicado.

¿De verdad hay alguien que crea que con las bandas de delincuentes se puede negociar y que si los jefes se acogen los que vienen abajo no van a seguir delinquiendo?

¿O que, por ejemplo, si hay tanta presencia como se dice de los carteles mexicanos en el negocio de la droga, el sometimiento de algún capo local va a tener efecto sobre sus jefes en México?

La corrupción debería ser una prioridad de cualquier gobierno y en las actitudes de Petro poco o nada indican que este sea un tema de prioritario, como sí lo son, al parecer, sus propósitos mesiánicos de refundar el Estado.