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Desasosiego

¿Será que el tono setentero del discurso en la ONU es el más apropiado para encontrar receptividad en el contexto internacional?

23 de septiembre de 2022 Por: Ricardo Villaveces

Cerca de dos meses de gobierno y muchos anuncios e iniciativas. Desafortunadamente, antes que claridad sobre el qué y menos sobre el cómo de lo que pretenden lograr, lo que ha aumentado es la incertidumbre y la ansiedad. En algunos casos, por no ver cómo van a cumplir las expectativas y en otros porque se siente que van por un camino equivocado. Empecinarse, por ejemplo, en que la transición energética se puede hacer en un plazo corto, agravando los riesgos de la situación fiscal, del abastecimiento de energía, o de las finanzas municipales es algo muy difícil de entender.

Declaraciones como las de la Ministra de Salud diciendo que se requiere que la gente sienta una crisis para que se entiendan los cambios que propone solo hace pensar en las consignas izquierdistas sobre la necesidad de agudizar las contradicciones sin importar los afectados.

El tema de las invasiones es especialmente preocupante. Acertadas las declaraciones de la Ministra de Agricultura y del Ministro de Defensa sobre la necesidad de que no se lleven a cabo este tipo de prácticas y sobre la obligación que tienen los invasores de retirarse de esos predios. Sin embargo, todo se ha quedado en anuncios y lo que se ve es más y más ocupaciones en otras zonas del país con consecuencias impredecibles.
¿Y la Paz Total? ¿Cómo hay que entenderla? Se habla de sometimiento, luego de acogimiento, de negociación. Para unos tratamiento político, para otros posibilidad de seguir participando en estos procesos a pesar de haberse retirado de los anteriores. ¿Es realista que el mundo acepte una negociación con grupos puramente delincuenciales? ¿Será que la negociación con alguna de estas bandas no va a dar origen a otras nuevas mientras el negocio del narcotráfico siga floreciente? ¿Y, si son los carteles mexicanos los que controlan la mayor parte del negocio, es con ellos con quienes se va a negociar?

Y, ¿qué alcance tiene el término vinculantes de los llamados Diálogos Regionales? Cincuenta sesiones de tres días con grupos muy diferentes en regiones donde las necesidades son inmensas pueden dar lugar a unas ‘cartas al Niño Dios’ interminables. ¿Cómo se priorizan y cómo se financian si los acuerdos son vinculantes? ¿Y cuántas serán las frustraciones por las solicitudes no atendidas?

¿Será que el tono setentero del discurso en la ONU es el más apropiado para encontrar receptividad en el contexto internacional? ¿Será que equiparar el carbón y el petróleo a la cocaína es un argumento sensato?
No hay duda de que Petro es muy hábil para la política y para poner la agenda de la conversación nacional. Los medios caen en el juego y la opinión va de un lado para el otro, confundiéndose, adicionalmente, por los pronunciamientos desarticulados de sus ministros. Deberían poner más atención a la vicepresidenta. Ella ha tenido una actitud más discreta, sus pronunciamientos han sido más aterrizados y es consciente que la mitad del país votó por otra opción, como lo expresó en la entrevista que dio para la revista Cambio. Eso es algo que el gobierno no debe olvidar.