El pais
SUSCRÍBETE
Fernando Posada
Fernando Posada | Foto: El País

Columnistas

Revelar el truco

Puede ser que Petro no tenga como modelo a seguir la catástrofe venezolana, pero cada vez deja más claro que la figura de Chávez no le parece tan cuestionable y nociva.

1 de abril de 2024 Por: Fernando Posada

Ante los ojos del mundo entero, el régimen venezolano ha pasado por encima de los débiles acuerdos alcanzados con la oposición y la comunidad internacional, y ha dejado por fuera a los actores más importantes de la oposición de cara a las elecciones presidenciales. El silencio del gobierno colombiano ante semejante atropello es desolador, y más cuando nuestro presidente se presenta ante la comunidad internacional como un defensor de los modelos democráticos.

Si quedaba alguna duda sobre la falta de garantías que enfrenta la oposición venezolana, los días recientes han dejado más que claro que la ruptura con la democracia es un hecho en esa nación. Y Colombia, que comparte con ese país una de las veinte fronteras terrestres más grandes del mundo y una economía de la que viven millones de personas, debería denunciar ante el mundo las injusticias cometidas por el gobierno vecino.

Algunos defensores del presidente Petro argumentaban hasta hace poco que el gobierno no había rechazado los atropellos contra la oposición venezolana para no afectar la economía y el comercio que tanto beneficia a las dos naciones. Olvidan muy cómodamente que el presidente Petro, a quien ahora atribuyen silencios tan estratégicos, no ha pensado dos veces a la hora de calificar y entregar opiniones con adjetivos muy poco halagadores sobre procesos políticos de Perú, Chile, Argentina, Salvador Brasil y España sin importar riesgo alguno.

Sin embargo, el presidente Petro decidió pronunciarse sobre el tema -y cómo más lo haría que a través de su cuenta de Twitter- con una respuesta que dejó más dudas que claridades. Al final, los expertos en descifrar los confusos trinos del Presidente parecen estar de acuerdo en que fue un mensaje crítico de la decisión del gobierno de Maduro, a lo cual al final agregó que “la magia de Chávez fue proponer democracia y cambio del mundo”. (Lo que sea que eso signifique).

Mientras rompía su silencio frente al drama antidemocrático que vive Venezuela y hablaba de la tal “magia” de Chávez, el presidente Petro también reveló por fin su truco. Luego de años de evitar hablar sobre Chávez y el modelo de censura, de pobreza y arbitraria perpetuación en el poder que lideró, Petro dejó claro que está lejos de ser un crítico de ese sistema o de sus impulsores. Su silencio en la materia fue estratégico.

De hecho, en anteriores oportunidades el presidente Petro se ha atrevido a señalar a la economía “extractivista” y a las sanciones económicas de EE.UU. como causa de la tragedia de Venezuela. En cambio, de la responsabilidad de los excesos y abusos del régimen político en el colapso de una de las economías más sólidas de todo el hemisferio no se ha pronunciado con la misma contundencia. Puede ser que Petro no tenga como modelo a seguir la catástrofe venezolana, pero cada vez deja más claro que la figura de Chávez no le parece tan cuestionable y nociva.

Pero al presidente Petro hay que recordarle que el colapso de la economía y la democracia en Venezuela no es por cuenta de la extracción del petróleo, que funciona allá hace casi un siglo, ni de las sanciones que Estados Unidos impuso cuando ya millones de venezolanos habían emigrado por cuenta de la pobreza y la crisis que trajo el modelo chavista. Ahora que el Presidente revela su ambigua postura frente al chavismo, hay que recordarle que la única magia de Chávez fue quebrar una nación próspera y empobrecer a más del 80% de sus habitantes en menos de dos décadas. Vaya mago.

AHORA EN Columnistas

Columnistas

Oasis

Hugo Armando Márquez

Columnistas

De rodillas