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Cristina Plazas Michelsen

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Pesadilla sin fin

Sumérjanse en el corazón de ellos por un segundo, se sienten atrapados en una situación de humillación y dolor.

6 de septiembre de 2023 Por: Cristina Plazas Michelsen

Esta semana me reuní con una amiga que me llamó desconsolada debido a la situación que su hija está viviendo en el colegio. Su testimonio conmovió profundamente mi corazón. Desde hace meses, la niña ha sido víctima de bullying: la ridiculizan, publican fotos editadas de ella y el grupo que la hostiga le prohíbe a los demás hablarle, llegando al punto de hacerla sentir invisible. La situación ha llevado a que la niña haya intentado suicidarse.

¿Alguna vez se han puesto en los zapatos de niños que sufren bullying? Imaginen por un momento a esos niños que se despiertan todas las mañanas con un nudo en el estómago, sometidos al miedo, la ansiedad y la soledad de solo pensar en lo que les espera.

¿Se han detenido a pensar cómo se sienten estos niños cuando llegan al colegio sabiendo que será un día más de tormento? Sumérjanse en el corazón de ellos por un segundo, se sienten atrapados en una situación de humillación y dolor. Cada palabra hiriente y cada risa burlona son como cuchillos que cortan su autoestima y confianza en sí mismos. A medida que pasa el tiempo, sus sonrisas se desvanecen, su alegría se apaga, convirtiéndolos en niños tristes, sin ilusiones. Sus lágrimas se convierten en compañeras constantes, pero nadie parece notar su dolor.

¿Alguna vez han reflexionado sobre cómo el bullying no solo impacta el presente, sino que también deja cicatrices profundas que pueden perdurar toda la vida? A menudo, estas experiencias conducen a la depresión, la ansiedad y, en casos extremos como el de la hija de mi amiga, incluso al suicidio.

Parte del problema que enfrenta mi amiga se relaciona con su búsqueda de apoyo entre los padres de los niños involucrados en la situación. Lamentablemente, ha encontrado que muchos de estos papás adoptan una actitud permisiva, defendiendo a sus hijos de manera incondicional.

Cuando hablamos de esta problemática, a menudo nos centramos en las víctimas, pero es esencial reflexionar sobre el papel de los padres de los niños agresores y cómo pueden contribuir a detener esta problemática.

La implementación de medidas disciplinarias en los colegios se ha vuelto cada vez más complicada debido a la continua intervención de los padres. Si bien es crucial reconocer que existen casos de abuso de autoridad por parte de algunos docentes, en muchas situaciones en las que esto no es el caso, los padres defienden vehementemente a sus hijos. A veces, llegan incluso a amenazar con acciones legales, lo que dificulta que los colegios ejerzan una autoridad efectiva. Este fenómeno ha contribuido al surgimiento de una generación de niños que, con frecuencia, carece de límites adecuados. Lo que es aún más preocupante es que establece un ejemplo negativo para los niños al mostrar que no existen límites y que se pueden evitar las consecuencias de sus acciones fácilmente, pasando por encima de los demás y sin tener en cuenta el dolor que puedan causar a otros.

Una educación permisiva y sin límites puede influir de manera negativa en el desarrollo y el comportamiento de los niños en varios aspectos. La falta de límites claros y la ausencia de responsabilidad pueden llevar a comportamientos desafiantes y falta de autocontrol. Además, la falta de límites puede dificultar la comprensión de las normas sociales y la empatía hacia los demás. Es fundamental encontrar un equilibrio entre la autoridad y la flexibilidad en la crianza de los hijos para ayudarlos a crecer como individuos fuertes y compasivos.

Una educación permisiva y sin restricciones puede influir de manera negativa en el desarrollo y el comportamiento de los niños en varios aspectos. La falta de límites claros y la ausencia de responsabilidad pueden llevar a comportamientos desafiantes y a la pérdida de autocontrol. Además, esta carencia puede dificultar la comprensión de las normas sociales y la empatía hacia los demás. Es fundamental encontrar un equilibrio entre la autoridad y la flexibilidad en la crianza de los hijos para ayudarlos a crecer como individuos fuertes y compasivos.

Los padres a menudo creen que al resolver los problemas de sus hijos y ceder a sus deseos, están brindando ayuda. Sin embargo, la realidad, respaldada por miles de estudios, muestra que este enfoque puede causar daños irreparables en los niños.

Las cifras de este fenómeno son alarmantes en el contexto colombiano. El país se ubica en el noveno lugar a nivel mundial, con un total de 41,500 casos graves de matoneo y ciberbullying registrados por la organización Bullying Sin Fronteras. Además, ocupa el segundo puesto en América Latina. Esto representa un aumento del 500% con respecto al informe anterior, que reportaba 8,981 casos.

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