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Ossiel Villada

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Peligra la Feria de Cali

La entidad está tan debilitada financieramente, que ni siquiera tiene cómo pagar el salario de una persona que llegue a ese cargo.

24 de mayo de 2024 Por: Ossiel Villada

Por cuenta de la nefasta herencia que nos dejó Jorge Iván Ospina, la realización de la Feria de Cali en el 2024 está en riesgo. Parece muy temprano para hablar del tema, pero es preciso hacerlo porque se trata de un asunto espinoso que la ciudad debe conocer.

La cosa va así: Corfecali, que es la encargada de hacer la Feria, está sumida hoy en una crisis de tal magnitud, que se encuentra en causal de liquidación. Pero el alcalde Alejandro Eder ya decidió que no la liquidará. Sin embargo, cinco meses después de haber iniciado su mandato, tampoco le ha nombrado un gerente en propiedad.

¿La razón? La entidad está tan debilitada financieramente, que ni siquiera tiene cómo pagar el salario de una persona que llegue a ese cargo. Apenas si alcanza, y con muchas dificultades, a pagar cada mes la nómina de los únicos 13 empleados que le quedan. Por eso, el ‘chicharrón’ de rescatarla terminó cayéndole -y ‘ad honorem’- a la directora jurídica de la Alcaldía, María Ximena Román.

Ella, después de limpiar el caos de la ‘pachanga’ que la pandilla del ‘puro corazón por Cali’ armó allí con los recursos públicos, encontró un panorama desolador. Cuando Ospina llegó, en enero de 2020, recibió una Corporación con un superávit de $9.000 millones. Cuando se fue, ya no quedaba ni el rastro de esa plata.

Corfecali posee hoy activos por unos $9.236 millones, pero sus pasivos superan los $17.715 millones. Con lo cual, tiene un aterrador patrimonio negativo de casi $8.500 millones. Es decir, en cuatro años, Ospina y su pandilla convirtieron una auténtica ‘joya de la corona’ en un ‘cadáver ambulante’ con el que hoy, por cuenta de ese patrimonio negativo, nadie puede contratar.

Corfecali está sepultada en deudas. Tiene cuentas por pagar, acumuladas desde el 2021, que suman $12.862 millones. De esa cantidad, más de $1.100 millones son deudas con artistas y proveedores de la Feria del 2023. Y a la Dian ya le debe $2.893 millones.

Para intentar salvarla, el alcalde Eder piensa trasladarle a Corfecali la propiedad de la sede donde hoy funciona, el famoso Orquideorama, que está avaluado en unos $13.000 millones. De esa manera se corregiría el patrimonio negativo y la entidad podría volver a hacer negocios. Pero para lograrlo necesita la aprobación del Concejo.

Y, por otro lado, piensa pedirles a los otros socios fundadores de la Corporación, la mayoría del sector privado, que se metan la mano al bolsillo y hagan varios aportes extraordinarios. Es decir, el plan también depende de la voluntad de terceros.

Con conocimiento de causa -porque junto a otros caleños hice parte de un comité cívico que ayudó a organizar varias ferias de Cali- puedo afirmar que la del 2024 hoy está en riesgo.

Aunque todavía faltan siete meses para diciembre, una cosa son los tiempos del calendario, otra los tiempos administrativos del sector público y otra muy distinta los tiempos de la producción para un evento de esta magnitud. La organización de la Feria debió empezar a inicios de marzo y hoy, a finales de mayo, ni siquiera se ha definido un concepto para ella.

Pero yo tengo pruebas irrefutables de que Dios es caleño. Y por eso confío en que nos regalará dos cosas: el milagro de poder hacerla este año con la mayor dignidad posible. Y el castigo para los que se atrevieron a despojarla de todos sus recursos y su brillo, como si de un pobre año viejo se tratara.

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