Columnista
Paz para Bolivia
Al rechazar la derecha extrema y la izquierda inepta, Bolivia ha escogido un camino que, si bien no abrirá los mares, sí será un modelo para las múltiples elecciones que se llevarán a cabo en América Latina durante los próximos meses.
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1 de nov de 2025, 02:51 a. m.
Actualizado el 1 de nov de 2025, 02:51 a. m.
La Embajada de Bolivia en la famosa calle Massachusetts en Washington DC está situada entre la monumental mansión de los ingleses, que parece Buckingham, y la imponente residencia del embajador de Brasil, donde se escondía la princesa Diana durante el ocaso de su matrimonio con el Rey Carlos. Hace años, en medio de estos gigantes, desde una casa blanca modesta se balanceaba un enorme pendón con la frase ‘Mar para Bolivia’ en el pequeño antejardín de la casa de ese país. En realidad, nunca entendimos el sentido de pedir en la capital americana un acceso al océano por medio de una valla artesanal.
En esos días y durante décadas, los colombianos éramos los niños queridos de Estados Unidos. Los presidentes americanos de ambos partidos se referían a la relación con Colombia como el mejor aliado de la región. No era raro que aparecieran Hillary Clinton, los senadores y congresistas, presidentes de empresas y periodistas premiados, y hasta la reina Noor, Bo Derek y Linda Carter, la famosa mujer maravilla. Aunque hoy la Embajada de Colombia todavía tiene embajadores y diplomáticos muy competentes que enfrentan los líos, y a las recepciones llegan senadores, dignatarios y empresarios americanos, la destrucción bilateral que llega que desde Colombia desmorona las relaciones.
En este contexto, el triunfo de Rodrigo Paz creó un huracán de interés en Colombia y otros países de América Latina. Este político de centro derecha, hijo de presidente con fuerza de cambio, llega al poder en un país sumido en la inequidad, harto de larguísimos gobiernos que prometieron resolver los problemas sociales con una agenda populista. El nuevo presidente rompió la historia, después de hacer toda la tarea para llegar al cargo: fue diputado, alcalde, senador, y diplomático, y hoy su campaña es el ejemplo para los candidatos colombianos. En Estados Unidos también retumbó el triunfo, tanto que el secretario Marco Rubio fue uno de los primeros en felicitarlo.
El triunfo de Paz resonó en el continente, pero también entre nuestro grupo de WhatsApp llamado Amigos de DC creado entre los que fuimos estudiantes en Washington en los 90. Hoy, regados por el mundo, tratamos de mantener los recuerdos y las risas cuando recordamos las fechorías en la capital americana. Nos escribimos en los cumpleaños, compartimos artículos y meditaciones, fotos de la época e intentos de organizar un reencuentro que nunca logra cuajar. Una que otra foto también muestra unos encuentros en Panamá, Madrid, Washington o Cali, otras veces pasan meses sin hablar. Sin embargo, el ‘chat’ se alumbró a diario durante la campaña de Rodrigo, a quien recordamos como un joven serio y amable, pero que siempre aparecía con su hermano Jaime en la periferia de las fiestas colombo-panameñas.
El entusiasmo general del grupo no es solo por celebrar a un amigo de universidad. En el abismo que es la actual trayectoria política en Colombia, y el desorden general de la región, por primera vez miramos con verdadera admiración a Bolivia, un país pequeño, más pobre, encerrado geográficamente, con gobiernos lejos de la democracia, un país que decidió cambiar el rumbo. Al rechazar la derecha extrema y la izquierda inepta, Bolivia ha escogido un camino que, si bien no abrirá los mares, sí será un modelo para las múltiples elecciones que se llevarán a cabo en América Latina durante los próximos meses. Los colombianos, examigos de Estados Unidos, reyes de la diplomacia, mejores en fútbol, más grandes y con dos mares, tenemos mucho que aprender.

Caleña. Graduada del Colegio Bolívar. Politóloga de Trinity College con Maestría en Estudios Latinoamericanos de Georgetown. Analista política y asesora para América Latina de Albright Stonebridge Group. Trabajó en Proexport en Bogotá y en la Cámara de Comercio de Cali. Fue subdirectora de la Oficina Comercial de Washington y jefe de prensa de la Embajada de Colombia en Washington.
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