Patriarcas

Si usted busca candidato para un puesto en su empresa y sobre su escritorio reposan dos excelentes hojas de vida, obvio que no examina más: confía en la calidad de lo que ya encontró. A menos claro, que dude porque esos currículos no le dan la talla y debe indagar en busca de lo soñado. Abrir una convocatoria para reclutar más candidatos es dudar de lo que ya tiene sobre la mesa o jugar a la seducción: ofrecer opciones, no cumplir, generar ilusiones, mantener expectativas, ser encantador.

María Fernanda Cabal y Paloma Valencia son las hojas de vida que están sobre el escritorio del ‘gerente’. Fieles escuderas, activas, defensoras del ideal de la ‘organización’, están allí incondicionales ‘para las que sean’. Llevan años tratando de ascender, pero… Primero fue Miguel Uribe, que se ‘saltó’ los puestos, por encima de ellas y fue escogido a dedo para cabeza de lista del Senado.

Era un candidato ‘varón’ y es imposible negar el machismo del mundo político. Él debía ir primero… ganó y llegó como el individuo con mayor número de votos en esa convocatoria. Antes de su asesinato, como precandidato no punteaba (precario 4 %) y era obvia la molestia de María Fernanda preguntando (ver video) de dónde proviene el dinero para crecer su campaña. Parecía como si el instructivo silencioso es que debía ser él, sí o sí, y las mujeres sin chance, solo ¡relleno!, podían fantasear, soñar, ilusionarse, pero hasta allí.

Asesinado (lamentable) Uribe Turbay, el CD no cierra filas alrededor de sus escuderas, sino que abre convocatoria, atrayendo hombres que caen como paracaídas. Primero Juan Carlos Pinzón y ahora el papá de Miguel Uribe (¿pesar por tragedia familiar, emocionalidad desbordada, revancha y cobro político, anular a la nuera?).

Pareciera que el objetivo es que el candidato a la Presidencia sea un hombre, varón, autoritario, arrogante, atropellador, que argumentando el bien común, imponga su ley. Por algo caben en la misma canasta AUV, Bukele, Maduro, Trump, Netanyahu, Ortega, Petro. Arrinconan a la mujer (¿cuántos tienen ‘en serio’ pareja?) de allí que algunas de las mujeres aspirantes deban asumir roles masculinos, de lo contrario se esfuman. Como desaparecen a diario niñas y mujeres en lo cotidiano.

¿Se contagia y alimenta el inconsciente colectivo con este mensaje de los patriarcas invisibilizando mujeres? ¿Cada acción política o social no nutre, de casualidad, ese imaginario popular que desaparece niñas con limitaciones, asesina mujeres en los hogares o las invisibiliza en el escenario laboral? ¿Todo tiene que ver con todo?

También lo hace Petro, aceptando en su Gobierno hombres abusadores. (No me molesta que una persona de género diverso ocupe el Ministerio de la Igualdad: es el Ministerio de la Igualdad -precisamente- y, por lo tanto, las oportunidades deben ser iguales para cualquier humano capacitado). Lo que se decanta es cómo los extremos se tocan y, aun cuando arda hasta los tuétanos, qué tanto se parecen Uribe y Petro en su manera impositiva (y arbitraria) de ejercer el poder. El patriarcado irascible e intolerante en todo su apogeo.

Otra vez pierde la mujer. Los patriarcas la arrinconan. Imagino el nivel de frustración de María Fernanda y Paloma: no califican para el rol, no satisfacen al padre, les queda faltando… El macho es insustituible, soltar el control es una castración. Se avecina entonces avistamiento de machos.