Lectora de periódicos

Las noticias digitales no permiten el uso de tijeras y pegamento, pero el papel y la tinta entre los dedos otorgan un placer análogo y antiguo. Nada reemplaza el tacto sedoso sobre los diminutos poros del papel. Zig, zag. Recorto como quien colorea mándalas.

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12 de jun de 2022, 11:45 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:45 p. m.

Lo primero que hice en esta nueva etapa de mi vida fue suscribirme a tres periódicos impresos. También compré resaltadores, tijeras y una gran libreta para recortes.

A las 5:45 de la mañana, cuando todos se van de casa, quedo vestida, perfumada y libre para leer los diarios con calma, durante una hora, a veces hora y media, en una suerte de inmersión, de meditación profunda. Es un momento solo mío, antes que lleguen las ocupaciones inaplazables del día a día.

Algunas noticias, frases, secciones, resaltan ante mi estado de atención. Entonces recorto y guardo en el diario de recordatorio, como una forma de aterrizar la memoria.

Son muchas las ideas que surgen de forma espontánea: temas de escritura y conversación, ventanas de oportunidad hacia nuevas averiguaciones, conexiones sugeridas, registros aislados que luego pueden conectarse de formas creativas.

Las noticias digitales no permiten el uso de tijeras y pegamento, pero el papel y la tinta entre los dedos otorgan un placer análogo y antiguo. Nada reemplaza el tacto sedoso sobre los diminutos poros del papel. Zig. Zag. Recorto como quien colorea mandalas.

Es un lujo que tiene los días contados, quizá. Tal vez somos la última generación de la existencia que pueda leer las noticias impresas.

El precio del papel y los insumos de impresión, así como la crisis de los contenedores, aceleran un proceso de pleno traslado a lo digital que algunos futurólogos calculan en 5 años, aunque otros estiman que seguirán existiendo los diarios impresos pero recibirlos será un lujo como desayunar todos los días con caviar de Beluga.

Cuando trabajas en una sala de redacción, leer el periódico se vuelve parte del oficio y tiene otros propósitos, menos placenteros y más angustiantes, como encontrar gazapos, errores, temas pasados por alto, cosas que pudimos haber hecho mejor. Control de calidad, evaluación y pulsión de mejora constante.

Ahora, desde la libertad de volver a ser una simple lectora, el relieve del placer se hace visible. Son otros quienes han dejado su esfuerzo en esas páginas, para que uno pueda darse el lujo de saltarse párrafos enteros, dejar huellas circulares de café, recortar y pegar aunque se pierda la noticia del revés, y detectar esos pequeños signos de un editor amoroso al otro lado del oficio.

Una frase destacada bien elegida, un gesto del diseño que tomó trabajo de sobra, un cubrimiento profundo, un fondo sepia o una ilustración que aparecen como acto de generosidad con un lector imaginario que, de repente, y como por acto de magia, coincide conmigo.

Qué libertad se esconde del lado irresponsable de leer porque sí. La mejor de las razones.

Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

Paola Guevara (Cali, Colombia). Escritora, periodista, editora y columnista de Opinión. Sus novelas 'Mi Padre y Otros Accidentes' (autobiográfica) y 'Horóscopo' (ficción), publicadas en español por Editorial Planeta y traducidas al italiano por Cento Autori, están en proceso de llegar al cine. Tras 21 años de destacada trayectoria en importantes medios de comunicación escritos nacionales y regionales, como Revista Cambio, Cromos, Casa Editorial El Tiempo o El País Cali, entre otros, desde el año 2022 es Directora de la Feria Internacional del Libro de Cali. Asesora en Protocolos de Familia, conferencista, gestora de proyectos editoriales y coach de escritura creativa, en la actualidad vive en Cali y escribe su tercera novela.

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