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El terror ha cambiado

En cambio, trafican con la información, manipulan con la promesa de la tecnología, y urden alianzas macabras, públicas y privadas, del más acá.

23 de enero de 2022 Por: Paola Guevara

La maldad ha cambiado, y esto se ve desde ya reflejado en las series y películas más recientes, donde monstruos y espíritus del más allá perdieron el monopolio del terror y han sido desplazados por poderes más oscuros.

El primero de todos, es el miedo al complot entre los gobernantes corruptos y los mega-millonarios, capaces de vislumbrar un beneficio económico hasta en un meteorito que destruirá la Tierra. De ello da cuenta Don’t Look Up, con Leonardo DiCaprio y Meryl Streep abordo.

Hay otro pánico que gana terreno, en estos nuevos tiempos post pandémicos, y es el terror al momento en que la Inteligencia Artificial (IA) se salga de control y se vuelva contra los humanos, sin que haya poder político, militar o social capaz de poner límites.

Lo que advertían divulgadores cientificos como Stephen Hawking, o analistas como Yuval Noah Harari, parece cada vez más cercano, y en todo caso nutre ficciones como la de Next, una serie sobre un científico arrepentido que intenta detener su creación, al mejor estilo de un moderno Doctor Frankenstein de Silicon Valley.

Otro miedo muy actual, es el pánico a las potenciales manipulaciones y desinformaciones de grandes farmacéuticas internacionales. Si antes erizaban la piel la monja de El Conjuro, o los muñecos poseídos que cobraban vida propia, ahora los malignos de turno son las cabezas de grandes corporaciones, que inventan nuevas enfermedades para poder vender nuevas soluciones farmacológicas y, de paso, llenar sus bolsillos a costa de los desinformados consumidores.

Sobre este tema, vale la pena seguir los capítulos de Dopesick, una serie protagonizada por Micheal Keaton y que se basa en el caso real de una farmacéutica norteamericada que desencadenó una gran crisis de adicción a los opioides, al mercadearlos como “no adictivos”, con la aquiescencia de la FDA.

El gran asunto terrorífico del momento es la salud, y cómo se trafica con la promesa de hacerla más barata, asequible y eficiente. Sobre el tema, hay que ver el documental ‘El inventor: en busca de la sangre de Silicon Valley’, sobre el caso Theranos, cuya fundadora Elizabeth Holmes tramó un engaño multimillonario bajo la promesa de extraer, de una sola gota de sangre, más de 200 pruebas de laboratorio.

Los nuevos villanos no se invocan con tabla ouija ni están en el más allá. En cambio, trafican con la información, manipulan con la promesa de la tecnología, y urden alianzas macabras, públicas y privadas, del más acá.
Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

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