El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Radio basura

Hay que empezar por aclarar que no son todas. Pero que las...

4 de febrero de 2016 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Hay que empezar por aclarar que no son todas. Pero que las hay, las hay. Me refiero a aquellas emisoras juveniles, ancladas en el formato fácil pero muy vendedor de la vulgaridad, la ramplonería, el chiste flojo y la búsqueda de pendejadas en Google para atrapar audiencia. No es nuevo el tema. Pero volvió a la mesa por cuenta de lo ocurrido con el ya ex director de La Mega Medellín, Carlos Mira, a quien en un momento de ‘lucidez’ le dio por subir a su facebook e instagram un video de una joven con discapacidad, mientras él cantaba el estribillo “tú te has creído la más bonita, ‘rodillijunta’ ‘patiapartada’”. Si bien, Mira, tras el repudio de la agredida y la sanción social, renunció y ofreció excusas, se supo que con frecuencia publicaba y comentaba videos de mujeres a las que ofendía con frases como ‘Liberen a Willy’ donde aparece una chica en tanga, al lado de una piscina.Los detalles fuesen parte de su vida personal de no ser porque él era una figura pública y porque las redes sociales además de ser una extensión de nuestra personalidad lo son de los medios de comunicación. Como ocurre con la radio, que encuentra en canales como Youtube más audiencia. Justo allí hay evidencias de una nueva modalidad: la radio porno. Es el caso de La Mega que ha tenido un programa donde hacen videos de modelos ligeras de ropa y bailes eróticos, frente a locutores que las graban en sus smartphones. Incluso, hay una sección titulada ‘la quitada del top’ y otras en que famosas, como la actriz porno Esperanza Gómez, muestran sus partes íntimas, al público que les aplaude en la ventana. Eso, además del lenguaje de doble sentido, otra usual manifestación. No importa la hora, lo que importa es que los oigan. No importa que haya que caer en la imitación barata (estamos llenos de falsos argentinos, es como una obsesión) o la burla discriminatoria que agrede la dignidad. O los comentarios grotescos que no faltan; nada más ayer escuché una canción al hongo del pie, inventada por los locutores, en una emisora del f.m.. Siento pena también cuando escucho que ni siquiera conocen los artistas que programan. O cuando muere un grande y se conforman con leer en wikipedia su biografía. O cuando el programa se arma con lo que vaya saliendo y si no se rellena con mensajes. O cuando se promocionan con el eslogan ‘una chimba’, como se escucha por estos días en un comercial. Bueno sería que esta polémica por el caso de Carlos Mira propiciara una reflexión en las emisoras y su papel frente a la audiencia juvenil. Y también, una reflexión de los oyentes para que no aplaudan la ofensa, disfrazada de irreverencia.Ya estuvo bien de tanta basura en algunas emisoras. Porque una cosa es la programación fresca y moderna y otra muy distinta la vulgaridad, la tontería y la burla insensible para cautivar incautos.