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Buenaventura y la dignidad

Dignidad. Esa es la mayor ganancia que le queda a Buenaventura, tras 22 días de protesta. Dignidad para exigir, para decirle no a la injusticia ensañada por años con su gente; dignidad para no desfallecer.

7 de junio de 2017 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Dignidad. Esa es la mayor ganancia que le queda a Buenaventura, tras 22 días de protesta. Dignidad para exigir, para decirle no a la injusticia ensañada por años con su gente; dignidad para no desfallecer.

Bien lo dice Víctor Vidal, líder del paro: “Buenaventura ganó dignidad, orgullo y el reconocimiento de sus capacidades… Logramos movilizar a toda Colombia”. Y bien le agrega el padre John Reina: “El Gobierno nos tiene que ver ahora como una ciudad mejor. No queremos que nos sigan estigmatizando como una ciudad de muerte y violencia. Nuestra gente es luchadora”.

Eso nos quedó claro, padre Reina. El país que siguió paso a paso las incidencias del paro entendió que el reclamo justo merecía ser escuchado. Reprochable e inexcusable el vandalismo, la extorsión y las quemas que infiltraron la protesta. Y reprochable también los excesos del Esmad, claramente demostrados y criticados por defensores de derechos humanos.

Hay que reconocer el esfuerzo de los gobiernos departamental y nacional por sacar adelante la negociación que dio a luz $1,5 billones en anuncios para inversión en acueducto, salud, educación, vivienda y recreación. Y criticar la ausencia del Presidente que no se dignó, en 22 días, en hacer presencia en el puerto. Apenas ayer al mediodía, en una alocución nacional, sacudido por una tormenta de paros, se refirió a Buenaventura, cobrando, de paso, que su gobierno es el que más ha invertido en ella. Sí, quizás tenga razón, pero Presidente, ir a Buenaventura, ciudad que lo respaldó en su reelección y en el sí al plebiscito por la paz no le costaba nada.

Muchos retos vienen ahora, siendo el más imperioso blindar esos millonarios recursos del fondo autónomo, ser vigilantes de los mismos y administrarlos bien para que no terminen en manos de la corrupción, como ya ha pasado. Velar porque se cumplan las promesas. Y, sobre todas las cosas, decirles NO a quienes los han robado más de una vez y que andan pescando votos en río revuelto.

El martes, Lina Díaz, periodista bonaverense, contaba que su hija le preguntó hace un par de días: “¿Mamá, pero por qué hicieron ese paro si el agua llega día de por medio?”. Ante la pregunta, Lina reflexionó que “ese pensamiento era el del conformismo al que nos acostumbraron a vivir en Buenaventura, y que es eso lo que el Comité del paro buscaba eliminar de nuestras mentes con la propuesta justa, reclamando lo que el Estado, la deuda histórica con el Pacífico y la corrupción nos ha robado”. Vivencia clara y certera que resume todo.

Buenaventura: quienes te queremos de siempre, quienes sufrimos en tu tragedia, gozamos con tu alegría y sabemos de tu grandeza esperamos que esa dignidad que has ganado sea el motor, el impulso y la inspiración que te hacía tanta falta.

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