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64 vidas menos

La vida se puede ir en un cambio de semáforo, así de frágil es, aunque insistamos en subestimarlo.

24 de abril de 2022 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

64 vidas menos. Ese es el saldo que dejan los accidentes de tránsito ocurridos este año, entre el 1 de enero y el pasado domingo 17 de abril en Cali. Según el Observatorio de Movilidad, en este lapso se han registrado 3.587 siniestros viales, una cifra que en promedio llega a los 34 por día.

De dicha estadística hace parte el accidente que le costó la vida al exfutbolista Freddy Rincón, en la madrugada del lunes 11, en la Calle Quinta con Carrera 34, luego de que la camioneta en que se movilizaba junto a un grupo de amigos se pasara un semáforo en rojo y colisionara con un bus alimentador del MÍO, en un hecho que conmovió al país.

Su caso no es el único, pero tomó gran relevancia por tratarse de un ídolo del balompié. Con él son 63 personas más las que han fallecido en 2021 en las calles caleñas, siendo los motociclistas más del 50% de las víctimas mortales.

Las cifras están allí y deberían ser materia de reflexión. De acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte en el país, después de los homicidios. En el 2021, 19 personas murieron al día por esta causa, llegando a un total de 7.270 fallecimientos en Colombia, 810 de ellos, en el Valle del Cauca.

En nuestra ciudad, por ejemplo, el top de las infracciones lo encabeza el no realizar la revisión técnico mecánica, algo tan elemental que garantiza el estado de la máquina en que se transporta su familia, la mía.

En segundo lugar está el no portar el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, Soat, como ocurría con la Ford de Rincón, y el tercero, no detenerse ante la luz roja.

Por conducir en estado de embriaguez se sancionan al mes 33 personas en Cali, como pasó en el reciente mes de febrero, sobre todo, los domingos. Y las zonas de mayor accidentalidad, en general, son el sur, con el 39%, y el nororiente, con el 23%.

Este año tenemos un aumento del 28,4% de accidentes en las calles caleñas, frente al 2021. Y en cuanto a las muertes, una reducción de 4 casos, pero la cifra sigue siendo muy alta: 64, un número que debería retumbarnos en la cabeza. La vida se puede ir en un cambio de semáforo, así de frágil es, aunque insistamos en subestimarlo.

Quienes alguna vez hemos hecho el curso de tránsito, luego de recibir una multa, recordaremos las imágenes fuertes y el sonido abrumador de un choque, que nos confronta con la obligación de ir al volante en un estado de máxima concentración. Que no excedamos la velocidad permitida. Que evitemos el uso de aparatos como el celular, el WhatsApp. Que atendamos la luz en rojo, que el amarillo no sea para acelerar, sino para bajar la velocidad. Que no hay que distraerse cambiando la radio. Que entendamos que el no usar los espejos o elevarnos con una conversación pueden ser fatales. Que el cuentico de que un par de tragos no hacen daño o que el comer después de la rumba nos devuelve la habilidad son sofismas que pueden resultar mortales.

Pero a veces tenemos tanto afán, o vamos tan ocupados en lo urgente, que olvidamos lo más importante: cuidarnos. Cuán necesario es activar los cinco sentidos, desde que encendemos el vehículo hasta que llegamos a nuestro destino. No es solo nuestra vida la que está en juego.
Es también la de los nuestros y la de quienes van en otro vehículo, manejando un bus, una moto, una bicicleta. La de los peatones.

Cuántas muertes, como la de Freddy Rincón, que nos ha puesto tanto a hablar y a analizar al milímetro su accidente, se hubiesen podido evitar. Cuán urgente que una tragedia tan mediática nos refuerce la responsabilidad suprema que tenemos al ir al volante, hoy, mañana y siempre.

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